martes, 26 de enero de 2016

ETHELWOLF DE WESSEX.



Ethelwolf, literalmente “Lobo Noble” fue rey de Wessex, uno de los pequeños reinos en la que estaba dividida la Inglaterra anglosajona en los albores de la Edad Media. Precisamente Ethelwolf, hijo de Egberto y Redburga, vino al mundo en un tiempo que Wessex comenzaba a demostrar su supremacía sobre los otros reinos de la Heptarquía. Ethelwolf, más piadoso que guerrero, sucedió a su padre en el trono, y mantuvo las hechuras de su reino como buenamente pudo.


A pesar de su fama de hombre religioso, Ethelwulfo se puso al frente de sus hombres para rechazar una peligrosa incursión vikinga. Esta victoria le hizo ganar prestigio ante el resto de Europa, pues fue capaz de triunfar donde otros habían fracasado; detener a los salvajes hombres del norte.


Acto seguido, aprovechó la estabilidad obtenida, para peregrinar a Roma. Visitar la Ciudad Eterna y la Corte Pontificia fue siempre una de sus ambiciones. De regreso a casa, paró en la corte de Carlos el Calvo, que entregó a su joven hija, Judit, como esposa. La misma Judith que luego se fugaría con Balduino Brazo de Hierro.

Tuvo seis hijos. Tres de ellos, Ethelbaldo, Ethlerberto y Etelredo, le sucedieron como reyes de Wesse. Un cuarto, Alfredo “el Grande”, se convirtió en el primer rey de toda Inglaterra.


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