Emma, hija de Ricardo I
Duque de Normandía, era famosa por su belleza y conocida en toda
Europa como “La Rosa de Normandía”. Fue reina consorte de
Inglaterra dos veces, con dos reyes distintos, y dos de sus hijos
(cada uno de un padre) también se sentaron en el trono inglés.
La belleza femenina
siempre ha sido una virtud muy apreciada (especialmente entre los
hombres) y a una mujer como Emma, no podían faltarle los
pretendientes. Casada con Etelredo II el Indeciso, Emma se convirtió
en reina consorte de Inglaterra. Cuando murió su esposo, La Rosa de
Normandía enamoró nada más y nada menos que a Canuto el Grande,
rey de Dinamarca y conquistador de Inglaterra, que decidió
convertirla en su esposa. Con este segundo matrimonio, Emma volvía a
ser reina de Inglaterra y se sentaba, además, en el trono de
Dinamarca. De su primer matrimonio nacería, entre otros hijos,
Eduardo el Confesor, aunque cuentan que nunca sintió gran aprecio
por sus vástagos habidos con Etelredo. De su unión con Canuto nació
Hardicanuto, que fue rey de Dinamarca y de Inglaterra.
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