lunes, 11 de enero de 2016

ALCAZAREJO DE LOS BEJARANO EN TRUJILLO.



Nobles y burgueses, prohombres y patricios urbanos, dirigían prósperos negocios, y tenían en sus manos el destino de campos, ciudades y en ocasiones de infantes, príncipes y reyes. Paseando por la población cacereña de Trujillo es fácil encontrar las casas fortificadas que estos señores se hacían construir en la parte noble de la ciudad. Se trata de edificios que cumplían una triple función: residencia, defensa y símbolo de prestigio social. El alcazarejo de los Bejaranos es un magnífico ejemplo de este tipo de construcción medieval. Es una obra de los siglos XIII – XIV y está emplazado junto a la puerta del Triunfo, una de las entradas principales que tenía Trujillo después de la conquista cristiana. En sus muros y fachadas podemos contemplar elementos arquitectónicos mudéjares y renacentistas, y sobre la puerta principal – del siglo XV – el escudo de armas familiar: un león rampante con cuatro cabezas de dragón.  

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