viernes, 20 de noviembre de 2015

Y FUE DECAPITADO JUNTO A SU TUMBA.



Vlad III de Valaquia, el popular “Empalador” es protagonista de truculentas historias para no dormir, y aunque parezca que esas leyendas son fruto de las morbosas mentes de un atormentado y depauperado siglo XXI, ya circulaban por Europa a mediados del siglo XV. Algunas de ellas en vida del susodicho personaje. Una de esas atrocidades es la cruel ejecución de un rival por el trono, Dan III. 

Corría el año 1460 y Vlad Drácula era voivoda de Valaquia, pero contaba con la fuerte oposición (ganada a pulso) de los sajones de Transilvania y del rey de Hungría Matías Corvino. Los burgueses de Brasov tenían su propio candidato, al que también veía con buenos ojos el monarca húngaro, un miembro del clan danesti llamado para mayor redundancia Dan. Este Dan es conocido por la historiografía rumana como Dan III. Unos y otro dieron apoyo, dinero y armas a este advenedizo pretendiente al trono. 

Dan III esperó la llegada del deshielo para cruzar la frontera e invadir Valaquia. Las experimentadas tropas de Vlad no tuvieron excesivos problemas para desbaratar el ejército asaltante y capturar a su líder. Vlad el Empalador preparó una ejecución digna de la noble cuna de su enemigo. Dan III, como todo aristócrata en sus circunstancias, fue decapitado. Eso sí, después de cavar una tumba y asistir a su propio funeral. 

“Item encarceló al joven Dan e hizo leer el servicio de difuntos por sus sacerdotes; una vez realizado ello, hizo cavar una tumba según la costumbre cristiana y lo decapitó junto a su tumba”. (De un panfleto anónimo alemán de 1463 Geschichte Dracole Waide). 



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