sábado, 10 de octubre de 2015

CATEDRAL EVANGÉLICA DE SIBIU.



La Biserica Evanghelica, símbolo gótico de Sibiu, que ocupa la mayor parte de la Piata Huet (un espacio más tranquilo y recogido que las vecinas Piata Mare y Piata Mica), fue construida entre 1320 y 1520, en el solar de un antiguo templo románico. Esta robusta iglesia, bellísimo ejemplo de la arquitectura gótica transilvana, es el centro del culto luterano en la ciudad.


En el exterior se erige la estatua del obispo George Daniel Teutsch, personaje de relevancia entre la comunidad sajona durante el siglo XIX.


Entre los elementos ornamentales de su interior, ocupa un lugar de privilegio el fresco de la crucifixión, pintado en 1445 por Johannes de Rosenau.


Sin embargo, lo más destacado de la iglesia es su torre de siete niveles, que con 74 metros de altura es la tercera más alta de Rumanía, tras la Catedral de Brasov y la de San Miguel en Alba Iulia.



Una vetusta escalera de madera cuyos escalones crujen a cada paso nos conduce directamente al séptimo cielo.



La última planta del campanario nos regala una impronta para toda la vida: Sibiu a vista de pájaro. A veces las panorámicas desde estos campanarios no ofrecen todo lo que uno espera ver. En el caso de la Catedral Evanghelica, la postal de Sibiu es perfecta. Asomado por uno de los vanos del campanario vislumbramos en la lejanía una cordillera que cierra el horizonte como si fuera una poderosa muralla.


En un rincón de la cripta, atestada de lápidas y estatuas funerarias, medio escondida de miradas curiosas, se encuentra la tumba de Mihnea el Malo, voivoda de Valaquia e hijo de Vlad III el Empalador.


La iglesia fue durante 300 años el lugar de enterramiento para alcaldes, gobernadores y personalidades de la ciudad. En 1853 las lápidas que cubrían las tumbas fueron desmanteladas e incorporadas a las paredes de la cripta, conformando una galería en la que se exponen más de cincuenta de estas lápidas.




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