martes, 29 de septiembre de 2015

EL LOBO DE DACIA



Nací en la soleada Campania, soy romano, soy legionario (nunca me interesó demasiado ascender a centurión),  estoy a punto a desertar de mi unidad,  y convertirme en traidor a los ojos de mis compatriotas, y lo que es más deleznable, de mis compañeros de centuria. No entiendo el empeño de Trajano en arrasar esta hermosa tierra, convertir la montaña mágica de los Dacios en un erial, y sus bosques en desiertos. Tampoco comprendo bien al rey Decébalo y su impulso obsesivo por provocar constantemente a Roma, un poderoso rival sin duda, para desencadenar una guerra que tiene perdida de antemano. Llevo varios meses odiando en silencio esta conflicto absurdo, y si mis superiores pudiesen oir mis pensamientos sería apaleado hasta la muerte. Los ojos limpios y sinceros de una joven pastora me han terminado de convencer.

Después de permanecer un tiempo en la guarnición que Trajano ha instalado en Samizegetusa, la capital de la Dacia, he decidido abandonar el ejército y los campos de batalla, y retirarme a una aldea de la montaña, y llevar allí una vida como un sencillo campesino junto a mi enamorada dacia. Intentaré vivir feliz durante los pocos años de paz que restan, porque la guerra volverá a estas tierras, y entonces tendré que luchar por lo único que realmente merece la pena luchar; salvar mi vida y proteger a mi familia. Aprenderé a sobrevivir en la montaña, a moverme por los bosques sin ser visto, a combatir como un dacio, y convertirme, definitivamente, en un auténtico lobo.

Sarmizegetusa Regia. 
Montes Orastie. Agosto de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario