A orillas del Lago de
Como, en el Norte de Italia, se situa Brienno, un pequeño pueblo de
medio millar de habitantes. Sus orígenes son confusos, y se cree
probable que los celtas habitasen la zona, de hecho el topónimo
podría derivar de la palabra céltica utilizada para montaña
"brig". El nombre también podría relacionarse con el
caudillo galo Brenno. La primera mención documentada está datada en
el siglo X y el edificio más destacado es la Parroquia de los Santos
Nazario y Celso. El templo románico se construyó a finales del siglo XIII, pero tras sufrir el deterioro del tiempo, fue reconstruida en el siglo XVII adoptando la inconfundible apariencia barroca que luce en la actualidad.
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