Hubo un tiempo, no
demasiado lejano, que las casas y los edificios, eran conocidos por
su nombre propio. Paseando por el maravilloso casco antiguo de la
ciudad austriaca de Innsbruck, capital del Tirol, reparé en una
fachada en la que dos caballeros andantes se batían en duelo. Se
trata de la Katzunghaus, una casa del siglo XV, famosa precisamente
por sus relieves.
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