Este bastón perforado
del Magdaleniense, maravilloso ejemplo del arte mueble del
Paleolítico Superior, hallado en la Cueva del Castillo (Puente
Viesgo), está adornado con el grabado de un ciervo del que son
perfectamente visibles todas su partes, destacando su enorme
cornamenta. Aunque se desconoce su funcionalidad exacta, se han
interpretado como objetos empleados para enderezar en caliente los
soportes óseos antes de su transformación en azagayas y arpones.
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