martes, 12 de mayo de 2015

MALINAS



Malinas es como un agradable paseo silente en una mañana de domingo. Sabemos de su existencia al menos desde el año 870 que es mencionada en un documento franco, siendo San Rumoldo el encargado de introducir el Cristianismo en esta población tan alejada el centro neurálgico de la Iglesia Católica. A partir del siglo X pertenece a los dominios del Príncipe Obispo de Lieja y más tarde se convierte en capital del Señorío de Malinas.


En época de Felipe el Bueno, Malinas queda integrada en el Ducado de Borgoña. En lo sucesivo, con Carlos el Temerario y su viuda Margarita de York irá aumentando la importancia y la proyección de la ciudad. Y cuando en 1504 Felipe el Hermoso vuelva a instalar aquí el Tribunal Supremo, Malias se convierte en al sede de la corte borgoñona.



Uno de los vestigios medievales de la ciudad es la Puerta de Bruselas, construida en el siglo XIII.


Puente gótico, también del siglo XIII.


La Grote Mark ha sido centro administrativo y comercial, sede de los principales edificios y corazón de Malinas desde el siglo XIII.



El ayuntamiento, iniciado en estilo gótico durante la Edad Media, luce en sus fachadas una serie de medallones con las efigies de príncipes, reyes y emperadores vinculados con la ciudad.


Korenmarkt es uno de los espacios más antiguos de Malinas, probablemente los romanos y los francos ya lo ocuparon en su momento. 




San Rumuldo y la impresionante catedral de la ciudad.


Casas de San José, Pequeño Diablo y Paraíso. Las fachadas representan la evolución de las técnicas y materiales constructivos desde el Gótico hasta el Barroco. 




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