jueves, 21 de mayo de 2015

BASÍLICA DE SAN ANTONIO DE PADUA.



Basílica de San Antonio de Padova, con varias cúpulas, magnífica y majestuosa, recargada y lujosa (claro ejemplo de austeridad), cientos de devotos hacen cola para tocar las paredes de la tumba del santo, rezan, cuelgan fotos y exvotos. Un espectáculo macabro que roza el patetismo humano, en algunas cosas que poquito ha avanzado la Humanidad desde el Magdaleniense.


La iglesia, un tanto exótica con sus agujas y cúpulas bizantinas, comenzó su construcción en 1232 para albergar los restos de San Antonio, un predicador cuyo modelo fue San Francisco de Asis. Y es curioso como a pesar de su vida sencilla y humilde, su ciudad natal le construyó un suntuoso y titánico mausoleo. La influencia bizantina se materializa en el perfil del templo, mientras que la portada combina elementos románicos y góticos.


Interior de la basílica. Tarde o temprano todos debemos acudir a la última llamada del Ángel de la Muerte 



Estatua ecuestre del condotiero Gattamelata, diseñada por Donatello, vigila, custodia el sueño eterno de San Antonio  

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