Una vieja leyenda cuenta el origen y el nombre de Amberes. Una historia un tanto cruenta.
Hace mucho tiempo las gentes que
habitaban las orillas del río Escalda vivían atemorizados por que
un malvado gigante, al que los aterrorizados marineros y pescadores
llamaban Antigoon, tenia su morada en el río, y exigía un alto
peaje a barcos y embarcaciones que quisiesen pasar por allí. Si un
barco se negaba a pagar, el gigante enfurecía y cortaba la mano al
capitán de la nave.
Un buen día un centurión romano,
Silvio Brabo, harto de tantos abusos se enfrento al gigante y de un
certero tajo cerceno la mano del monstruo. Acto seguido lanzo a las
aguas del Escalda el miembro amputado liberando para siempre a los
amberinos; que a partir de ese dia pudieron vivir felices:
Precisamente el nombre de Amberes (Antwerpen) se relaciona con esta
leyenda, pues Ant significa mano y werpen lanzar. Una
estatua en la Grote Mark recuerda la hazaña del valiente Silvio
Brabo.
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