Poeta guerrero, con trescientos hombres, más amigos que soldados, controlaste en las Termópilas a un millón de persas. Tres días de Sol, lucha y sangre, pero ninguna lágrima derramada. Llorar es un lujo que un espartano no puede permitirse. Por coraza la piel, y por escudo únicamente un corazón henchido de libertad. Tres días aguantaron los valientes, mas un dedo traidor señaló el camino al enemigo. Saetas y flechas persas oscurecieron el cielo y como una aciaga tormenta de destrucción y muerte, cayeron sobre Leónidas y sus trescientos guerreros. Aquella jornada se abrieron las puertas del cielo para ellos.
Leónidas en las Termópilas es un cuadro de Jacques Louis David, y se encuentra en el inabarcable Museo de Louvre.
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