La belleza por la belleza. Lo bello es bueno y merece la pena ser contemplado, y pocas cosas más bellas puede ofrecer el arte, que el cuerpo desnudo de una mujer. Ella, la diosa, Venus o Afrodita, esculpida en mármol, durante el Helenismo, una época que miraba con cierta nostalgia los grandes logros de la Grecia Clásica. El cincel que esculpió esta Venus de Milo, se inspiró en Fidias, Praxíteles y otros grands maestros, para depertar la belleza que dormía en la piedra y concederle la vida eterna.
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