miércoles, 11 de marzo de 2015

EL OSO DE BRUJAS.



La historia de la Vieja Europa está escrita en clave de variopintas leyendas, transmitidas de padres a hijos, y de abuelas a nietas al calor de la hoguera. Sus orígenes se han olvidado, y se les puede dar tantos interpretaciones, como personas las escuchen (o lean). ¿Y para qué queremos la Historia, cuando son las leyendas las que alimentan el sentir y la forma de ser de los pueblos?.

Hace unos mil doscientos años vivió un legendario oso, al que se considera primer habitante de Brujas. El ser humano en su peregrinar por este mundo se ha enfrentado a numerosos peligros, que en muchas ocasiones tomaban la forma de animal salvaje. Y en Europa no existe (o existía) animal más poderoso que el oso (con permiso, eso sí, del lobo). 

Cuando Balduino Brazo de Hierro llegó a estas tierras para levantar una fortaleza con la que defenderse de los vikingos, tuvo que luchar contra el oso que era dueño y señor de todo el territorio. El combate se prolongó durante horas, fue duro, ora tomaba ventaja Balduino, ora la tomaba el oso. Finalmente el Brazo de Hierro de Balduino propinó un golpe letal que acabó con la vida del plantígrado. Según la leyenda el espíritu del oso abandonó el cuerpo y encontró refugio en el escudo de armas de la ciudad.

El oso murió, pero los ciudadanos jamás lo olvidaron. El oso se convirtió en animal heráldico y aparece, junto al león rampante de los condes de Flandes , en el blasón de la ciudad. "Beertje van de Lonje" es el nombre de la escultura instalada, como homenaje, en el Edificio de la Academia en Brujas. 

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