El territorio Europeo, especialmente la región balcánica, está repleto de montañas con connotaciones mágicas y religiosas, lugares onfálicos, moradas divinas e incluso personificación misma del dios, que son objeto de veneración desde los primeros balbuceos de la Humanidad.
Baba Tomor o Padre Tomor es la personificación del Monte Tomor, una montaña sagrada situada en el centro de Albania, que domina la histórica ciudad de Berat. Baba Tomor es a la vez deidad y hogar de los dioses (a imagen del Olimpo griego), incluso entre los campesinos albaneses es habitual jurar por Baba Tomor, juramento considerado igual de fuerte y poderoso que cualquiera realizado sobre la Biblia o el Corán (los dos libros sagrados que llevan siglos marcando las directrices religiosas de los albaneses).
Estudiosos del folklore, la mitología y las creencias religiosas, consideran el culto a Baba Tomor entre los albaneses, un vestigio de un antiguo dios ilirio, ancestrales habitantes de la región.
Baba Tomor es en anciano de larga barba, considerado como una padre tanto de hombres como de dioses, el viento es su fiel sirviente y dos águilas femeninas lo ayudan en su cometido. Cuenta la leyenda que Baba Tomor se enamoró de E Bukura e dheut (Belleza Terrenal) y la tomó como consorte y amante. Ella pasaba los días en compañía de su hermana E Bukura e detit (Belleza del Mar), y al caer la noche, el viento la lleva de regreso al hogar junto al dios.
Un día mientras Tomor yacía con E Bukura e dheut, el monte Shpirag, al otro lado del valle aprovechó para conquistar Berat. Las águilas guardianas despertaron a Tomor, que se lanzó blandiendo guadaña contra Shpirag que manejaba un poderoso garrote. Las huellas del terrible combate entre los dos titanes aún son visibles en el relieve de la región. Finalmente ambos gigantes acabaron muertos, y la desconsolada doncella, que había sido puesta a salvo por el viento, quedó ahogada en sus propias lágrimas. Lágrimas que dieron origen al río Osum,
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