domingo, 14 de diciembre de 2014

PORTOMARÍN, UN PUEBLO QUE RENACIÓ EN EL EXILIO.



Primero lo vemos desde las alturas, a una distancia de cuatro kilómetros, con la impresionante iglesia fortaleza de San Xoan dominando el entorno, y tras cruzar el larguísimo puente sobre el Miño, subimos una infernal escalera (por lo que ya llevamos andado) y hacemos la entrada triunfal en Portomarín.


Esta bella localidad fue trasladada en los años sesenta, a su actual ubicación; el monte de Cristo. El origen de Portomarín, Pons Minae, lo podemos situar en el año 1112, cuando Petrus Peregrino reparó, o reconstruyó (en este punto me pierdo) el puente romano preexistente, dando lugar a un pueblo dividido en dos barrios; San Pedro al sur y San Juan, que surgió al lado de la encomienda hospitalaria y el hospital conocido como Domus Dei (1126).



Lamentablemente el pueblo, o parte de él, fue sepultado tras la construcción de una presa hidroeléctrica. De cualquier manera sigue conservando gran belleza y es uno de los pueblos más encantadores de la Galicia Xacobea.  


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