jueves, 13 de noviembre de 2014

MANNEKEN PIS



Siglo XIII. Bruselas está siendo asediada. Los enemigos pretenden penetrar volando una de las puertas de acceso. Con la mecha encendida, un pequeño niño travieso decide orinar encima, apagando la llama y salvando, de paso, a su ciudad.


Esta es un de las leyendas que trata de explicar la secular devoción que los habitantes de Bruselas sienten por su más famoso icono, Manneken Pis (datado al menos desde el siglo XV), un niño pequeño que orina mientras los turistas contemplan entusiasmados la continua micción.  

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