martes, 25 de noviembre de 2014

IGLESIA DE SAN TRÓFIMO EN ARLES.



Su portada románica, del siglo XII, es un precioso ejemplo del estilo provenzal. Las esculturas y relieves que ornamentan la portada son sencillamente sublimes. Pero la sorpresa salta cuando cruzamos la puerta y nos hallamos en un templo de colosales dimensiones, que llegó incluso, a ser Catedral.


En la Provenza altomedieval, debido a la cercanía del peligro musulmán y al miedo que estos inspiran se construye poco, y muchos de los templos construidos se encuentran fortificados. Por otro lado, resultan muy perceptibles los rasgos dejados por la intensa y prolongada romanización de toda la región. Posiblemente la iglesia románica más destacada de la zona sea la de San Trófimo en Arlés, cabecera de uno de los caminos de peregrinación a Santiago.





En el barrio medieval de la ciudad se levanta San Trófimo, que también fue conocida como Catedral de Saint Etienne y fue edificada entre los siglos XII y XV. La portada occidental es uno de los grandes tesoros de la escultura románica, un auténtico evangelio en piedra, que representa el Juicio Final. Siguiendo un esquema de arco de triunfo romano, en la mandorla central aparece triunfante Cristo, junto a los símbolos de los cuatro evangelistas y un coro celestial de ángeles que rodean todo el conjunto. Bajo Cristo, en el friso, se disponen los doce apósteles en postura sedente.


Capilla con las reliquias veneradas en el templo, entre las que se encuentran San Esteban (primer santo a quién se dedicó la iglesia), San Félix, Santa Úrsula o San Sebastian.


Relicario de San Antonio Abad, monje egipcio del siglo IV fundador del movimiento eremítico.



Capilla de la Orden de Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalen.  



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