Trier,
o Tréveris, presume de ser la ciudad más antigua de Alemania.
Quizás no le falte razón ni motivos. Lo que si es incuestionable es
que Tréveris se convirtió en una de las ciudades más importantes
del Imperio Romano, con una influencia creciente a lo largo del Bajo
Imperio, que la llevó a ser conocida como una Segunda Roma.
Sobre
un antigua santuria prerroma de la tribu gala de los tréviros, el
emperador Augusto fundó, en el año 15 a.C., la colonia de "Augusta
Treverorum". En la siguiente centuria se convirtió en un
destacado centro comercial, quizás el más importante del noreste de
la Galia Romana. Su ubicación, junto al puerto fluvial del río
Mosela, desde el que se podría controlar la exportación de sus
famosos vinos, y el encontrase unida por carretera a otros núcleos
urbanos como Meguntiacum (Maguncia) y con Colonia Agrippinensis
(Colonia), hicieron de Tréveris un nudo de comunicaciones de primer
orden dentro del Imperio. Además de todo esto, cumplía una función
militar de defensa y estratégica de control del territorio, al
situarse muy próxima al limes germánico.
También
fue una destacado centro de difusión de cultura grecorromana. Un
aspecto de gran trascendencia al encontrarse tan lejos del centro
espiritual del Imperio y en las inmediaciones de la Germania más
bárbara y salvaje.
La
decadencia de la ciudad de Roma, y su cercanía a algunos de los
focos más problemáticos, convirtieron a Tréveris, en el siglo III,
en una de las capitales del agonizante Imperio Romano. Y
precisamente, el encontrarse en una zona tan conflictiva, obligó a
sus ciudadanos a fortificarla, siendo la Porta Nigra, el resto más
espectacular (de los conservados) de su muralla.
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