La Pfeiferbrunnen es una
de las múltiples fuentes que alegran las calles del casco viejo de
Berna y que forma parte del Patrimonio Cultural y Artístico suizo.
Hans Grieg la creó a mediados del siglo XVI, inspirado en un grabado
de Alberto Durero y como homenaje a esos músicos, trovadores y
juglares que recorrían plazas y mercados llevando consigo un poco de
su alegría contagiosa a los sufridos habitantes de aldeas y burgos.
Precisamente la ubicación primigenia de la Fuente del Gaitero fue
frente a una posada bernesa frecuentada por estos músicos
ambulantes.
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