lunes, 13 de octubre de 2014

CAMINANTE



. . . . y caminar para ver
y leer para aprender,
leer caminos
y andar renglones,
pisar donde otro pisó,
escribir lo que otro va a leer,
y hacer nuestro lo que otro sintió . . . .

Cada paso que doy en solitario avanzo un poco más hacia el centro de mi conciencia. Un peregrinar de autoconocimiento, enfrentar mis fuerzas a la Naturaleza, no con el objetivo de vencerla, mas por el contrario, conocerla y comprenderla. Me falta humildad para no querer firmar las palabras escritas por Fray Luis de León.

¡ Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda,
por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido”

Ciertamente, en este Camino de Santiago del siglo XXI, resulta misión imposible escapar de ese mundanal ruido. Todo el mundo vocifera (una vez, yo también fui uno de esos)

[...] indiferencia a todo lo que no sea el propio ego, nomadismo tan gratuito como esencial: la forma más noble de emplear el tiempo que hasta ahora se ha inventado. Obsesión machadiana; se hace camino al andar. Así viajaban los caballeros andantes y los monjes giróvagos . . . Es la aventura por la aventura; una fabulosa concepción existencial que ya casi nadie alcanza a comprender” (Dragó).


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