Un efímero estado medieval, por su corta duración (1346 - 1371), casi podríamos de proyecto fallido imperial en la región de los Balcanes, heredero directo del Reino de Serbia.
El 16 de abril de 1346, Esteban Uros IV Dusan,, "el Poderoso", fue coronado en Skopje, "Emperador de los Serbios y los Griegos" creando además el Patriarcado Serbio.
El Imperio Serbio fue la criatura de Esteban Uros. La propia habilidad del Monarca, que ya había incorporado el norte de Macednonia y parte de Albania antes de su coronación imperial, contribuyó a la realización del ambicioso proyecto. Dusan supo ocupar en los Balcanes el lugar que había dejado libre un moribundo Imperio Bizantino que se negaba a desaparecer. No obstante, nunca consiguió un sostén eficaz para su Imperio y el inepto (al menos política y militarmente) de su hijo nunca supo mantener unido.
La estrategia que utilizó Dusán para acrecentar su territorio fue el control y la conquista de las ciudades, otorgando una importancia secundaria a las grandes batallas campales. Además de buen militar, Stefan Uros IV Dusan destacó por su labor legislativa, introduciendo un nuevo código de leyes, y por el impulso económico que dio a Serbia, con la apertura de nuevas rutas comerciales.
En su momento de mayor esplendor, el Imperio Serbio se extendía desde Etolia, en Grecia, hasta Belgrado, en el Danubio, abarcando más de 200.000 kilómetros cuadrados.
Stefan IV tuvo en su hijo, Stefan Uros V, apodado "el débil", un indigno heredero. El sucesor del emperador nunca fue capaz de hacerse con las riendas del imperio y siempre estuvo a merced de los señores feudales. Y por si esto no fuera poco, Stefan V asistió al surgimiento de una nueva amenaza procedente de Asia,el Imperio Otomano, que en breve se enseñorearía de toda la región balcánica.
Los otomanos se ocuparon de firmar el epitafio de este proyecto de Imperio. En 1371 el ejército turco derrotó a serbios y búlgaros en la Batalla de Maritza, dónde además quedó aniquilada buena parte de la nobleza serbia en el mismo campo de batalla. Al final de ese mismo año fallecía el Emperador. Con la muerte de Stefan V el territorio serbio quedó fragmentado en pequeños principados y se desvanecía el sueño imperial de su padre.
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