domingo, 31 de agosto de 2014

BERNER MÜNSTER.



La Catedral es el edificio más grandioso de Berna. Símbolo gótico de la riqueza comercial de la ciudad durante la Baja Edad Media. Ejemplo maravilloso del estilo gótico tardío con influencia alemana, siendo además, la catedral más grande de Suiza.


Matthaüs Ensinger de Estrasburgo, su arquitecto, la diseñó como una basílica de tras naves, con capillas laterales y una torre. Los trabajos de construcción dieron comienzo en el año 1421 y se prolongaron, con algún parón, hasta el siglo XVI. La Catedral quedó consagrada a San Vicente de Zaragoza, un mártir del siglo IV. No obstante, el templo no se completó del todo hasta finales del siglo XIX. El Cantón de Berna y la Orden Teutónica sufragaron los gastos.


La Torre Campanario, de unos cien metros de altura, situada en el centro de la portada, sirve además como entrada a la casa de Dios, que cuida de sus hijos desde las alturas.




A mi modesto parecer (y entender), lo que más llama la atención de la Münster, además de la torre en el centro de la portada, es la policromía y los dorados de las esculturas y relieves situados en la fachada principal. 


Lo más impresionante el tímpano del pórtico principal, con una exquisita representación del Juicio Final labrada en el siglo XV. Las almas puras se distribuyen en la mitad derecha, mientras que los condenados ocupan la izquierda.


Vidriera alegórica de las Danzas Macabras (también denominada Danza de la Muerte) , un género artístico bajomedieval en torno a la universalidad de la muerte. 


Detalle de la vidriera. Tanto el rico como el pobre van a parar a las calderas. La parca nos quiere a todos a su lado, y tarde o temprano, vendrá a buscarnos. 


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