La Catedral es el
edificio más grandioso de Berna. Símbolo gótico de la riqueza
comercial de la ciudad durante la Baja Edad Media. Ejemplo
maravilloso del estilo gótico tardío con influencia alemana, siendo
además, la catedral más grande de Suiza.
Matthaüs Ensinger de
Estrasburgo, su arquitecto, la diseñó como una basílica de tras
naves, con capillas laterales y una torre. Los trabajos de
construcción dieron comienzo en el año 1421 y se prolongaron, con
algún parón, hasta el siglo XVI. La Catedral quedó consagrada a
San Vicente de Zaragoza, un mártir del siglo IV. No obstante, el
templo no se completó del todo hasta finales del siglo XIX. El
Cantón de Berna y la Orden Teutónica sufragaron los gastos.
La Torre Campanario, de
unos cien metros de altura, situada en el centro de la portada,
sirve además como entrada a la casa de Dios, que cuida de sus hijos
desde las alturas.
A mi modesto parecer (y entender), lo
que más llama la atención de la Münster, además de la torre en el
centro de la portada, es la policromía y los dorados de las
esculturas y relieves situados en la fachada principal.
Lo más
impresionante el tímpano del pórtico principal, con una exquisita
representación del Juicio Final labrada en el siglo XV. Las almas
puras se distribuyen en la mitad derecha, mientras que los condenados
ocupan la izquierda.
Vidriera alegórica de las Danzas Macabras (también denominada Danza de la Muerte) , un género artístico bajomedieval en torno a la universalidad de la muerte.
Detalle de la vidriera. Tanto el rico como el pobre van a parar a las calderas. La parca nos quiere a todos a su lado, y tarde o temprano, vendrá a buscarnos.
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