martes, 1 de julio de 2014

RUITELÁN.



Ascendiendo junto a la refrescante orilla del Valcarce, que desciende entre un precioso bosquecillo en galería, llegamos a Ruitelán, perteneciente aún al Bierzo, pero a un paso de Galicia, un idílico paraje al que se retiró San Froilán. Una leyenda cuenta que unos ratoncillos royeron los libros de oración del eremita, y a consecuencia de esto, les lanzó una maldición, que los hizo desaparecer de estas tierras.

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