domingo, 6 de abril de 2014

EL JABALÍ DE GALLEGOS DE ARGAÑÁN.



El pequeño verraco de Gallegos de Argañán, expuesto en la actualidad en el patio del Museo de Salamanca, es uno de los ejemplares más bonitos de escultura zoomorfa de la protohistoria meseteña que he podido ver. 


Está datado entre los siglos III a.C. y el II d.C. Se trata de un jabalí, cuyos rasgos, hocico, orejas y patas están perfectamente esculpidos. Es más, incluso podemos intuir el recorrido que hace su boca en la parte delantera de su hocico. 


Cerdos de granito, toros impertérritos vigilan sus pastos, custodian los caminos, heroizan a sus guerreros. El martillo revitalizó la piedra, el escultor alumbró al zoomorfo que dormía en el granito. Recuerdos de un lejano pasado, los hombres no escribían, transmiten sus conocimientos, secretos si acaso, por medio de estas enigmáticas figuras. 

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