En el año 406 Roma reestructura su sistema defensivo abandonando determinadas guarniciones del sur de Britania. Ese vacío de poder en la isla va a ser aprovechado por grupos de anglos, jutos y sajones, que procedentes de Jutlandia (actual Dinamarca) se asientan y constituyen el reino de los anglosajones.
Vemos en la zona meridional un territorio con cierta influencia romana, y una zona septentrional que no contaba con ningún tipo de legado latino. Ambas estaban separadas por la Muralla de Adriano.
Desde el punto de vista cultural, la Inglaterra anglosajona gravita en torno a la existencia de escuelas y monasterios.
Las escuelas son un producto esencialmente romano. Se habían desarrollado desde finales del Imperio Romano, como vehículos para transmitir conocimientos. Estas escuelas estuvieron presentes especialmente en la zona sur.
Junto a las escuelas se desarrollan los monasterios, sobretodo en el Norte de Britania, la zona no romanizada. Y por tanto, no cristianizada. El resultado fue que en los siglos VI, VII y VIII en la Inglaterra anglosajona el cristianismo tuvo que difundirse a través de la fundación de monasterios.
Estos monasterios, también jugaron un papel importante en el desarrollo cultural de este territorio. A través de lo que se conoce como monacato céltico o columbano, que dominará durante los primeros siglos medievales en el Norte de Europa.
Estos monasterios destacan por su gran discurso, una gran rigorismo y la notable actividad cultural e intelectual que desempeñaban. Se copian y difunden textos cristianos y textos paganos. El criterio utilizado vuelve a ser el que hemos vistos anteriormente: escoger los textos paganos que ayudan mejor a conocer a Dios.
Beda el Venerable es quizás, el personaje más destacado de la Inglaterra anglosajona. Beda fue un niño oblato - niños recién nacidos entregados a los monasterios - y por tanto educado en un monasterio y en la fe cristiana. Beda vivió toda su vida en el monasterio. Su obra más importante es "Historia gentis anglicorum". En ella escribe la historia de los anglosajones y lo hace desde parámetros cristianos, y siguiendo el modelo de los clásicos.
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