jueves, 13 de febrero de 2014

LUGALZAGESI DE UMMA

EL REY GUERRERO DE SUMER. 


Los reyes guerreros sumerios adoptaban el título honorífico de “lugal”, que incorporaban a su propio nombre. Y no existe un sumerio más guerrero que Lugalzagesi de Umma.

Lugalzagesi comienza su ascenso al poder destronando a Urukagina, rey de Lagash en 2350 a.C., que estaba enfrentado al sacerdocio de su ciudad, y que al parecer le puso una zancadilla, contribuyendo a su caída. 

Después de Lagash, Lugalzagesi se apoderó de Ur, conquistó Nippur, la ciudad santa, donde su clero lo reconoció como rey, y tras su victoria sobre el soberano de Uruk, Lugalzagesi fundó la Tercera Dinastía de la Ciudad – Uruk III – de la que sería su único representante. En poco tiempo Lugalzagesi se convierte en “lugal – kalam – ma” (señor de todo el país). 

El conquistador, en una inscripción se adorna con toda una retahila de títulos: “rey de Uruk, rey del país, sacerdote de An, profeta de Nisaba, sumo sacerdote de Enlil, dotado de inteligencia por Enki, nombrado por Utu, protector de Inanna, hijo de Nisaba, amamantado por la sacra leche de Ninkhursag, pupilo principal de Ninabuhadu, señora de Uruk, inspirado por los dioses”. Todo el panteón sumerio queda así organizado alrededor de la persona que ha sido capaz de dominar todo el país de Sumer. Podría tratarse de la primera unificación política de Sumer. 

Es probable que las conquistas de Lugalzagesi abarcaran todas las tierras hasta el Mediterránea incluyendo Siria, según se desprende de la siguiente inscripción: [Enlil] “ha sometido los países bajo los pies del rey y le ha allanado los caminos desde el naciente hasta la puesta del Sol, desde el mar inferior, a lo largo del Éufrates y el Tigris, hasta el mar superior”. 


El implacable conquistador no respetó a nada, ni a nadie, destruyó santuarios y profanó templos, y nunca tuvo problemas en hacer uso de la violencia más atroz. Se ha llegado a suponer que esta política agresiva aplicada por Lugalzagesi, escondía tras de sí una plan: la necesidad de unificar Sumer frente a la creciente amenaza semita procedente del noroeste. Pero eso es algo que de momento no podemos asegurar.


Desafortunadamente, para Lugalzagesi, chocó con un monarca más ambicioso y poderoso, al menos en el campo de batalla, que él, y que también había flirteado con la idea imperial: Sargón el Grande. 

Sargón de Acad se enfrentó al ejército de Lugalzagesi y lo derrotó completamente en su propio terreno, en la ciudad de Uruk. El rey acadio capturó al sumerio, lo cargó de cadenas y lo condujo a la ciudad de Nippur. Allí, en el pórtico del templo dedicado al dios Enlil, quedó Lugalzagesi expuesto en una jaula a la vista de todos. Encerrado como un animal salvaje terminó el fulgurante reinado de Lugalzagesi de Umma. 

Con el rey Lugalzagesi comienza a superarse la organización política de la ciudad estado. En palabas de Federico Lara Peinado: “Con Lugalzagesi apareció un nuevo planteamiento político basado en la idea de imperio, y aunque no ha llegado a nuestros días ningún documento que describa su pensamiento político, si se ha podido deducir que intentó eliminar la organización cantonal sumeria de la ciudad estado”.

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