jueves, 9 de enero de 2014

SANT JORDI DE DALÍ



Surrealismo daliniano alanceando al terrible, o tal vez inofensivo, dragón, que durante la Edad Media se identificaba con el Maligno. Los combativos reyes de Aragón lo incorporaron a sus escudos de armas, y fueron socorridos por el Santo en más de una batalla, ¿otra ensoñación más para inspirar al genio de Cadaqués?.  En Cataluña mutó en Sant Jordi y se convirtió en su patrón. 


La escultura, en la que Dalí recrea el éxtasis del dramatismo, las enormes fauces del enorme reptil, a punto de engullir al caballero, mientras la infalible lanza del héroe se presta a dar muerte al monsruo,  se puede disfrutar en el patio del Palacio Pignatelli, que es la sede de Reial Cercle Artistic de Barcelona. 

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