3 Fronteras de Lusitania.
Al norte del Tagus la Lusitania es el mayor de los pueblos ibéricos y el combatido por más tiempo por los romanos. Delimitan este país por el lado sur el Tagus, por el Oeste y Norte el Océano y por el Este los carpetanos, vettones, vacceos y galaicos como pueblos más importante, pues los demás no son dignos de mención por su pequeñez y oscuridad; no obstante algunos autores, al contrario que los actuales, llaman lusitanos también a éstos. Los calaicos son, por la parte oriental, vecinos del pueblo de los astures y de los celtíberos, y los demás, sólo de los celtíberos.
La longitud de Lusitania es de tres mil estadios, pero la anchura, delimitado por el flanco oriental hasta la costa del lado opuesto, es mucho menor. La zona oriental es alta y escarpada, pero la región que se extiende a sus pies es toda llana hasta el mar, si exceptuamos unos cuantos montes de poca altura. Por ello dice Posidonio que Aristóteles achaca incorrectamente a la costa de Iberia y de Maurusia las pleamares y bajamares, pues sostiene que el mar se agita en flujos y reflujos porque los salientes son altos y escarpados, y reciben y vuelven a rechazar el oleaje con dificultad. Mas al contrario, a decir verdad, son por lo general arenosos y poco elevados.
4. Ríos de Lusitania.
El país del que hablamos es fértil y está recorrido por ríos grandes y pequeños, que discurren todos desde Levante paralelos al Tagus. Casi todos son también navegables, y son los que más arena aurífera poseen. Los más conocidos después del Tagus son: el Mundas, que permite una corta navegación, lo mismo que el Vacua. A continuación el Durio, que viene de lejos pasando por Numancia y otros muchos asentamientos de celtíberos y vacceos y que es navegable en grandes embarcaciones casi ochocientos estadios. Luego hay otros ríos y tras ellos el del Olvido, que unos llaman Limea y otros Belión; también éste procede de territorio celtíbero y vacceo. El Benis, que sigue después (otros lo llaman Minio), es con mucho el mayor de los ríos de Lusitania, navegable asimismo un tramo de ochocientos estadios. Dice Posidonio que también éste viene desde territorio cántabro. Delante de su desembocadura hay una isla y dos diques con fondeaderos. Además, la naturaleza es allí digna de alabanza, porque los ríos tienen las orillas elevadas y con capacidad para recibir el mar en sus cauces cuando sube la marea, por tanto no se desbordan ni anegan las llanuras. Este río constituye el límite de la expedición de Bruto, pero más allá existen otros cuantos ríos, paralelos a los mencionados.
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