Acarnán, hijo de Alcmeón es el héroe epónimo de este pueblo,
morador de Acarnania, en la costa occidental de Grecia, y dedicados a
la piratería.
Acarnania es una región natural al oeste de Grecia bañada por el
mar Jónico. Se trata de una zona montañosa, que presenta pequeñas
llanuras costeras.
“Éforo afirma que, por la parte occidental, Grecia comienza en
Acarnania; ésta es, dice, la primera región que confina con los
pueblos de Epiro”
Estrabón VIII, 1, 3.
El río Aqueloo, separa a los acarnanios de sus vecinos, y ocasionales enemigos
naturales, los etolios.
“Aqueloo, río que marca la frontera entre los acarnanios y los
etolios”
Estrabón VIII, 2,3
Las ciudades de Acarnania tuvieron una constitución de tipo federal
y a partir del siglo V a.C., entraron en la órbita de Atenas.
Al parecer las tierras de Acarnania eran aptas para la cría de
caballos, por lo que entre los acarnanios cobraba gran importancia la
ganadería equina.
“También la tierra desierta de Etolia y Acarnania resulta adecuada
para la cría de caballos, no menos que Tesalia”.
Estrabón VIII, 8,1.
Como aliados de los ilirios de Teuta, vemos a los expertos navegantes
acarnanios luchando contra aqueos y etolios. La reina Teuta de
Iliria, viuda de Agrón, nunca dudó en utilizar el corso y la
piratería en sus guerras contra los diferentes estados griegos y
Roma.
“Por su alianza, los ilirios habían recibido siete naves de guerra
de los acarnanios; salieron al encuentro, y se batieron con la
escuadra aquea junto a Paxos. Los navíos acarnanios, que se hallaban
situados de frente con los aqueos, lucharon con igual fortuna, y
salieron del combate sin más daño que las heridas que recibieron
sus tripulaciones”
Polibio II, 10,1.
Hacia el año 300 a.C. los etolios ocuparon algunas ciudades de
Acarnania y los acarnanios se aliaron con los Reyes de Macedonia,
hasta que los romanos derrotaron a Filipo V.
“Los acarnanios ratificaron noblemente el decreto, y desde su país
hicieron la guerra a los etolios, a pesar de que más que con
cualquier otro se hubiera debido tener indulgencia con ellos si por
temor hubieran diferido o, incluso, omitido la guerra contra sus
vecinos. En efecto: están situados en la frontera etolia y reducidos
a sus solas fuerzas resultan fácilmente superables. Téngase en
cuenta ante todo que hacía muy poco que habían sufrido una
experiencia terrible por el odio que profesaban a los etolios”.
Polibio IV, 30.
Los acarnanios, debido quizás a su debilidad con respecto a sus
vecinos, estaban acostumbrados a defenderse con uñas y dientes, y
aliarse con vecinos más poderosos, con tal de poder conservar su
libertad. Para ello era fundamental la honradez y la lealtad en las
alianzas.
“Pero tanto en la vida privada como en la pública no hay nada que
los hombres nobles valoren tanto como el deber, cosa que los
acarnanios han observado casi siempre en grado no menor al de
cualquier otro griego, a pesar de la pequeñez de su fuerza. Nadie,
pues, debe vacilar, en momentos difíciles, en aliarse, para sus
empresas, con los acarnanios no menos que con los otros griegos, pues
tanto en la vida privada como en la pública tienen firmeza y amor a
la libertad”.
Polibio IV, 30, 3 – 7.
En otra ocasión en que los etolios invadieron Acarnania, los
acarnanios juraron expulsar del país, a todos aquellos que hubiesen
retrocedido ante el avance del ejército etolio.
“Los acarnanios, informados de que los etolios les habían invadido
el territorio, en parte por desconfianza y en parte por indignación,
tomaron una decisión desesperada: si alguien sobrevivía por haber
retrocedido, se vería expulsado de la ciudad y privado del uso del
fuego. Esto lo juraron para todos, pero principalmente para los
epirotas: nadie debería acoger en su propia ciudad a los desertores”
Polibio. , Libro IX, 14 (Recogido en Suda)
Finalmente, como la totalidad de los pueblos griegos, también los
acarnanios fueron sometidos, no sin antes, resistir hasta la
extenuación y agotamiento, por Roma.
“En nuestros días tanto Acarnania como los etolios, igual que
otros muchos pueblos, se encuentran exhaustos y sin recursos a causa
de sus continuas guerras. Durante mucho tiempo, sin embargo, los
etolios, juntamente con los acarnanios, se mantuvieron firmes no sólo
frente a los macedonios y otros griegos, sino también, finalmente,
frente a los romanos, luchando por su autonomía”.
Estrabón X, 2, 23
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