domingo, 14 de octubre de 2012

BESOS

 (también llamados besios)

Los besos son una de las más importantes tribus de los tracios del curso medio y superior del Hebro (río Maritsa).
 "Habitan a lo largo del Hebro los corpilos, y en su curso más alto, los brenas, y luego, los últimos, los besos; pues hasta ellos es remontable su curso".
                                                                         Estrabón VII, frg 47.
Parece ser que eran un clan de la tribu de los satras y tenían una función sagrada como profetas de un santuario consagrado a Dionisios. Dentro de los grandes grupos tribales existen familias o clanes con un cometido religioso, como también ocurría con los magos, entre los medos.

"En la lucha son duros, y poseen un oráculo de Dionisio. Este oráculo está en unos montes altísimos, y los besos, que pertenecen a los satras, son los profetas del santuario"
                                                                           Heródoto VII, 111

Los besos fueron durante mucho tiempo independientes, hasta que en el 72 a.C.M. Licinio Lúculo los sometió al poder romano. Repetidas veces se sublevaron,  y repetidas veces fueron derrotados, hasta el año 11 a.C. cuando fueron definitivamente vencidos por L. Calpurnio Pisón.

"Una vez sojuzgados éstos, sus vecinos los ipasinos y los besios se entregaron a él (Augusto) por miedo"
                                                                              Apiano. Iliria, 16.

Muchas bandas de besos se dedicaban al bandolerismo y al pillaje de forma excesivamente salvaje.

"Por cierto, todos éstos son pueblos dedicados en extremo al bandidaje, aunque los besos, que precisamente ocupan la mayor parte del monte Hemo, son llamados bandidos incluso por los bandidos".
Estrabón. VII, 5, 12.

La capital de la comarca que habitaban los besos era Besapara; y Egira, Zyrinae y Lissae sus ciudades más importantes. En el siglo IV el obispo dacio Miketas les convirtió al cristianismo.

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