martes, 7 de marzo de 2023

TEROR, EL TRONO DE LA REINA.

 


Teror, un balcón que se asoma al océano y a las Palmas de Gran Canaria, es el asiento de Nuestra Señora del Pino, reina y señora de la Gran Canaria. No es difícil imaginar que los antiguos pobladores, los aborígenes canarios, tendrían aquí algún santuario donde se rendía culto a alguna divinidad femenina vinculada a la Tierra.


Caminando por El Bierzo conocí a un caballero templario, que no quiso revelarme su nombre, que había encontrado a una virgen en el interior del trono de una encina. Una tarde de verano, sentado en un banco frente a la Parroquia del Pino de Teror, una vecina de la localidad me contó lo siguiente. Nuestros padres y nuestros abuelos, guardianes de la memoria, recuerdan un maravilloso resplandor que salía de un pino que estaba rodeado de tres hermosos dragos. Dos acontecimientos sincréticos similares. Este es el mito que subyace en la memoria colectiva humana.


Teror es el centro de una popular romería en honor de la patrona de la Gran Canaria. Mis ancestros, que en realidad nunca vivieron aquí, moraban en estos riscos, pastoreaban cabras y molían grano para elaborar gofio. Luego se descubrió América e inventaron el gofio de millo (mi preferido). Mi primo Javier, en una de mis visitas a la isla, solía decirme, “es que tú formas parte de esto”. Y razón no le faltaba. Mi madre supo inculcarme desde que era pequeño, el amor y respeto por su tierra. Y aquí estoy, para seguir buscando mis raíces.




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