lunes, 11 de octubre de 2021

EL ARTE EN MESOPOTAMIA.

 


Mesopotamia es una extensa región histórica comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates. En estas tierras surgieron algunas de las primeras civilizaciones de la historia. A lo largo de tres milenios se fueron desarrollando diferentes culturas, cada una de ellas con sus propias manifestaciones artísticas.


1. ARTE SUMERIO.

Los sumerios organizaron algunas de las primeras ciudades-estado de la historia, gobernadas por reyes-sacerdotes que recibían el nombre de Patesi. Aunque de su templos, tumbas y palacios únicamente se conservan unas pocas ruinas, las construcciones sumerias establecieron los principios arquitectónicos que repitieron las culturas que les sucedieron.


Los sumerios desarrollaron una arquitectura adaptada al medio y a la climatología. Ante la escasez de piedra y madera, utilizaban las arcillas de la zona, bien en forma de adobe (barro secado al sol) o bien en forma de ladrillo (barro cocido en el interior de un horno). Para aislar esos edificios de la humedad y las inundaciones provocadas por los ríos Tigris y Éufrates los elevaban sobre terrazas y plataformas. La gran creación de la arquitectura sumeria fue el zigurat.


El Zigurat. Se trata de un templo escalonado, donde se realizaban sacrificios a los astros y que también funcionaba como observatorio astronómico desde el que estudiar los astros del firmamento. Consiste en una gran torre de abobe, recubierta con ladrillos esmaltados. Podía alcanzar hasta siete terrazas, cuyo tamaño va disminuyendo hacia el cúspide. En la terraza más alta se construía un pequeño templo o capilla.



Además de sus funciones prácticas (observación del firmamento) y culturales (ritos y celebraciones), otro sentido simbólico tenían estas torres escalonadas: el de que la divinidad, desde el firmamento, descendiera a la Tierra. Así, como si de una gran escalinata se tratase, los dioses quedaban invitados por los hombres para bajar solemnemente a ellos y, una vez en el país, permaneciesen alojados en el templo que se levantaba al pie del zigurat. Sería, pues, auténticos puertos de arribo que los “seres superiores” utilizarían en el momento de su llegada a la Tierra: lugares sagrados, por tanto, los cuales, en espera de tal evento, eran utilizados como observatorios, templos y sedes de los sacerdotes.

Fernando de Olaguer-Feliú.

El arte del Próximo Oriente


Los sumerios desarrollaron también una interesante producción escultórica, entre la que destacan las estelas, esculturas de bulto redondo, estandartes y objetos de joyería.


♠ Estelas. Grandes relieves con hechos históricos esculpidos a modo de monumentos al aire libre. Suelen tener forma rectangular redondeados en la parte superior y divididos en bandas.



La estela de los buitres narra una campaña bélica entre las ciudades sumerias de Umma y Lagash.

♠ Esculturas de bulto redondo. Estas esculturas presentan cabezas calvas y redondeadas, y visten un manto o falda, generalmente de lana, imagen típica de la nobleza sumeria. Sedentes o de pie, tienen siempre la misma postura, brazos cruzados sobre el pecho y mirada fija al frente. Algunas de ellas fueron exvotos de pequeño tamaño que se ofrecían a los dioses en los templos.

Patesi Gudea de Lagash.

Orante sumerio. 

Destacan las dedicadas al Patesi Gudea, esculpidas en rocas volcánicas como la diorita azul. El personaje muestra las manos juntas en actitud de oración, viste túnica hasta los pies que deja descubierto un hombro y va tocado con un turbante ceremonial. En sus túnicas suelen llevar inscripciones.




♠ El conocido Estandarte de Ur es la pieza cumbre del arte sumerio, una caja elaborada con una gran riqueza decorativa. Las figuras del estandarte, de concha y nácar, fueron adheridas a un fondo de lapislázuli con una pasta. En una cara, el patesi y sus cortesanos festejan la paz; en la otra, un ejército de carros y varios prisioneros simbolizan la guerra.



♠ Entre los objetos de joyería sumerios destaca el tocado de la reina Subad hallado en la tumba de una mujer, tal vez una reina, una dama de la nobleza o una suma sacerdotisa. Collares, grandes pendientes en sus orejas y un espectacular tocado de hojas y flores de oro sobre la cabeza.


2. ARTE ACADIO.

El rey acadio Sargón fue el fundador del primer imperio de la historia después de conquistar un considerable número de ciudades sumerias. La cultura acadia menos avanzada que la sumeria, tomó las pautas arquitectónicas: el material, los muros, las terrazas, los cubrimientos de mosaicos y el empleo de la bóveda. De sus edificios también se conservan únicamente ruinas.



En la escultura acadia tienen gran importancia los relieves que exaltan a sus reyes y sus hazañas bélicas. La Estela de Naram-Sim conmemora el triunfo de este rey sobre sus enemigos. El monarca es representado con un gran casco y múltiples armas, y asciende hasta una alta cumbre seguido de sus soldados.


3. ARTE BABILONIO.

Los babilonios, procedentes del oeste de Mesopotamia, dominaron la región durante dos etapas diferentes, separadas en el tiempo por el dominio del Imperio Asirio.


Los babilonios desarrollaron el palacio-ciudad, una enorme construcción que albergaba la residencia real, zonas para la administración, cuarteles, talleres e incluso, escuelas. Todos los edificios que formaban este complejo se distribuían en torno a amplios patios constituyendo así un palacio abierto y con vida, como una ciudad.



De la primera época del dominio babilonio se conserva el Código de Hammurabi, una de las primeras recopilaciones de leyes de la historia. Se trata de un monolito de basalto de 2.25 metros donde se inscriben las leyes, rematado por un relieve donde se ve al rey Hammurabi recibir las instrucciones para redactar el código del dios Shamash.


Las grandes creaciones artísticas del arte babilónico corresponde a la segunda época y se centran, casi exclusivamente, en su capital, la ciudad de Babilonia que fue reconstruida y ampliada. En ese sentido vamos a centrarnos en dos obras de arte universales, la Puerta de Ishtar y los jardines colgantes.



La Puerta de Isthar era el principal acceso a la ciudad de Babilonia. Construida con dos torreones flanqueando un arco de medio punto, se recubrió de ladrillos esmaltados y moldeados con figuras de animales sagrados. Fue descubierta en 1898 por unos arqueólogos alemanes que la trasladaron al Museo del Altar de Pérgamo en Berlín.


Decorada con animales de colores brillantes sobre un fondo azul vidriado, la Puerta de Ishtar fue levantada a comienzos del siglo VI a.C por Nabucodonosor II al norte de la espléndida ciudad de Babilonia, cuyas ruinas están situadas a unos cien kilómetros al sur de Bagdad. Estaba consagrada a Ishtar, la diosa babilónica del amor y la guerra, y daba acceso al templo de Marduk, el señor de los dioses, a través de una avenida procesional decorada con relieves de leones y dragones, símbolos de Ishtar y Marduk.

A comienzos del siglo XX, un equipo arqueológico alemán, dirigido por Robert Koldewey, excavó la Puerta de Ishtar y trasladó sus miles de fragmentos a Berlín, donde fue reconstruida meticulosamente. En realidad se trata de una puerta doble, pero la parte posterior, mucho más grande, aún permanece almacenada en el museo ante la falta de espacio para ser expuesta. Como ocurre con Grecia y el Partenón, Irak sigue reclamando esta maravilla de la antigua Babilonia.

La Puerta de Ishtar, una maravilla de la antigua Babilonia,

en www.nationalgeographic.com.es



Los Jardines Colgantes de Babilonia eran una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, pero de ellos tan solo queda el recuerdo y algunas descripciones realizadas por los griegos. Los jardines fueron mandados construir por el rey Nabuconodosor II para su esposa. Se trataba de un amplio complejo de terrazas y construcciones escalonadas sobre las que se plantaron todo tipo de árboles exóticos configurando un enorme jardín que recreaba la tierra natal de la esposa del rey.



4. ARTE ASIRIO.

El pueblo asirio utilizó la guerra y la conquista militar para forjar un gran imperio territorial. Sus reyes guerreros, los grandes palacios y las esculturas de rasgos zoomorfos fueron los principales protagonistas de su arte.


La ciudad de Khorsabad es la obra arquitectónica más importante que levantaron los asirios. Rodeada de murallas daba una imagen de fortaleza y poder. Su interior estaba dividido en tres partes, una para el pueblo, la intermedia para el ejército y la superior para el palacio real.




Los relieves de Khorsabab se pueden contemplar en el Museo de Louvre Palacio de Korsabab en Louvre 

Las esculturas asirias más genuinas son los toros alados con cabeza humana, que flanqueaban las puertas del salón del trono y que simbolizaban a los genios guardianes del palacio. Las alas significaban la velocidad del ave en vuelo, el cuerpo el símbolo de su fortaleza, mientras que la cabeza humana representa la inteligencia.



Por otro lado destacan los relieves del palacio del rey Assurbanipal en Nínive, que muestran escenas de casas. El más célebre de esos relieves es la Leona Herida.


5. ARTE PERSA.

En la meseta de Irán se desarrolló la cultura persa, que terminaría creando un gran imperio que llegó a extenderse por Mesopotamia y Egipto. Las manifestaciones artísticas persas exhibían todo el esplendor del Imperio, de sus emperadores y de sus ejércitos. Todas estas magníficas obras se concentran en el palacio, hogar del emperador y de la corte, lugar de celebración de grandes fiestas y principal centro político del imperio.

Ruinas de Persépolis.

El palacio persa se levantaba sobre un podio y las estancias se cubrían con bóvedas que simbolizaban que el emperador se elevaba sobre el resto de sus súbditos y sobre él solo estaba el cielo. El materia elegido era la piedra, el más rico y resistente. En el exterior un gran jardín recordaba la bonanza y riqueza natural del monarca.



Los palacios persas contaban con una apadana, un gran salón de audiencias con enormes columnas entre las que se colgaban grandes tapices, que cambiaban la distribución de las estancias según las necesidades.





En el palacio de Susa se construyeron capiteles de mármol con todos arrodillados que medían casi seis metros.




También en Susa se hallaba el friso de los diez mil arqueros reales, los Inmortales, de relieves esmaltados sobre ladrillo.

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