miércoles, 14 de julio de 2021

AGÉS, EL CORAZÓN DE UN REY.

 


Entre los Montes de Oca y la histórica ciudad de Burgos, surge Agés, un esperado oasis para los esforzados caminantes.


Desde la espadaña de su iglesia la cigüeña, es avispada centinela. Agés es una bonita localidad de casas entramadas tradicionales. Entre los Montes de Oca y los Llanos de Atapuerca.




Este modesto enclave burgalés, de escasa población, situado en las inmediaciones de los Montes de Oca, fue donado en el año 1052 por el rey García Sánchez III de Navarra, a Santa María la Real de Nájera. A lo largo de su historia ha tenido diferentes denominaciones como Fagges que parece significa hayedo y que aparece recogida en los documentos más antiguos escritos en latín. También se ha especulado la posibilidad que Agés derive de agista, palabra euskera para referirse a frontera. No está de más recordar que Agés surge durante la repoblación de estas tierras y que aquí se asentaron numerosos pobladores de origen vasco y navarro (como atestiguan los nombres de algunos pueblos próximos como Ibeas, Urrez o Galarde). El origen de esta localidad gira en torno a la iglesia-monasterio de Santa Eulalia, y su existencia se remonta al año 900.



Hacia 1125 se abre la vía Valdefuentes – San Juan de Ortega – Agés – Atapuerca – Burgos, de acuerdo con la política del rey Alfonso VII de dotar de infraestructuras asistenciales y protectoras a los peregrinos jacobeos, en detrimento del viejo Camino de Santiago que transcurría por Arlanzón, Ibeas y Castañares, siguiendo la ribera del río Arlanzón. A partir de estos momentos el Camino de Santiago debió repercutir de manera decisiva en la vida y las actividades de los vecinos de Agés. Se calcula que entre los siglos XII y XIV acudían a Santiago un promedio de 250.000 – 500.000 peregrinos al año.




La Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Mérida del siglo XVI es el templo más importante de Agés. La tradición sostiene que bajo su losa de entrada se depositaron las el corazón del rey García III de Navarra muerto por Fernando I de Castilla en la batalla de Atapuerca en 1054, cuyo escenario se sitúa muy cerca de aquí. Agés, que pertenecía al monasterio de Nájera, por otro lado el lugar donde residía la corte navarra, debió desempeñar un importante papel estratégico en los preparativos, y probablemente también en el desarrollo, de la batalla.

Como consta que el cuerpo del soberano fué trasladado a Nájera, parece muy razonable que siguiendo la práctica de la época, le extrajesen las entrañas antes de hacerlo, y las depositasen en la iglesia más próxima al campamento navarro, que estuvo en Agés.

Luciano Huidobro y Serna.

Cronista de la Provincia de Burgos.

La batalla de Atapuerca

En un pequeño alto antes de llegar a Agés, reparamos en la Ermita de Nuestra Señora del Rebollar o Robledal del siglo XVIII. Modesto santuario de mampostería. Un arco da paso al presbiterio, donde en un altarcito dorado se encuentra una imagen de la Virgen con el Niño en brazos. La imagen primitiva se conserva en la iglesia y data del siglo XII. En la Edad Media este edificio era la iglesia parroquial de Capruz, un poblado actualmente desaparecido.


Puente Canto. A la salida del pueblo, a la izquierda, se encuentra este puente de un solo ojo sobre el río Vena, atribuido a San Juan de Ortega.



Durante toda la Edad Media, y también posteriormente, Agés estará vinculado al monasterio de Nájera, y en una fecha tan tardía como el siglo XVII el abad del monasterio se beneficiaba de una tercera parte de los diezmos, aunque ya había pasado la jurisdicción de la villa a la Corona. Esta larga vinculación al monasterio de Nájera daría lugar a que los vecinos de Agés fueran conocidos en la comarca como los navarros.





 Paseando por las pequeñas calles del pueblo el caminante puede contemplar (y seguir aprendiendo) las técnicas constructivas características de esta zona. Construcciones rústicas con entramados de madera de roble y rellenos de yeso y mampuesto. En ocasiones los zócalos de piedra. Algunas están cuidadosamente ornamentadas.  


La economía de Ages ha estado siempre basada en el equilibrio entre agricultura y ganadería, bajo un régimen de pequeñas propiedades campesinas. Excepcionalmente, algunos vecinos se dedicaron a la extracción de yeso y a la fabricación de escobas de brezo. En los años 60 y 70 del siglo XX sufrió los efectos del éxodo rural a las ciudades. Hoy apenas alcanza los 50 habitantes, reforzados durante el verano y los fines de semana. La recuperación del Camino de Santiago ha servido para revitalizar un poco Agés.



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