jueves, 10 de mayo de 2018

IGLESIA FORTIFICADA DE PREJMER.



En medio de la llanura transilvana, que recuerda a la Mancha, la iglesia de Prejmer, amurallada, es una auténtica fortaleza, con un origen medieval y aires renacentistas.


Un lugar donde la población podía refugiarse cuanto la caballería enemiga arrasaba los campos. Las murallas están llenas de silos y almacenes para guardar provisiones. !Qué viene Vlad Tepes, a las murallas!.


Una iglesia fortificada convertida en una auténtica ciudadela capaz de defenderse de forma autónoma. Mucho más compleja que las iglesias españolas que encontramos en España. 


En algún lugar he leído referencias al Castillo de Prejmer, sin ser exactamente una fortaleza, es un recinto fortificado muy interesante. Lo de menos es lo referente a la UNESCO. Es uno de los hitos más destacados del conjunto de iglesias fortificadas de Transilvania.


La iglesia fue levantada hacia 1218 por los caballeros de la Orden Teutónica. En su época de esplendor llegó a ser la ciudadela rural más destacada de todo el campo transilvano.
 


Cerca de Brasov, en la llanura. Sus gruesos muros y la pared encalada evocan recuerdos de viajes por tierras manchegas. Así imagino las paredes de los molinos contra los que acometió un desquiciado Don Quijote. Si han visto esos molinos podrán hacerse una idea de como son los muros de los que hablo. 



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