lunes, 30 de abril de 2018

SAINT MALO, MARINEROS Y CORSARIOS.




Recorriendo la fascinante costa de Bretaña, nos encontramos con Saint Malo, un puerto fortificado, un próspero núcleo de comerciantes y auténtico nido de corsarios.

                   

Puerto Pirata, marineros y piratas bretones se refugian en Saint Malo, inexpugnable puerto fortificado sobre el océano, enormes muros que nacen en la playa, recios torreones, murallas que encierran la ciudad, cañones mirando hacia el Atlántico, naves rápidas y livianas, depredadoras implacables de los mares. Saint Malo, guarida de piratas, que con "Patente de Corso" esquilman barcos extranjeros con una licencia del rey de Francia.


Los bretones viven de cara al mar, las salvajes aguas del Atlántico devoran sus costas, les dan forma las olas



Las puertas de la ciudad

 Jacques Cartier, primer francés en explorar el Nuevo Mundo, llegó al río San Lorenzo y comenzó el establecimiento francés en la región canadiense de Québec


Tumba de Cartier, hijo predilecto de la ciudad, en la Catedral de Saint Malo.


Ni tormentas, ni cañones, ni piratas pueden asaltar este imponente enclave portuario.


Robert Surcouf, marinero, comerciante, armador y corsario bretón.


Cartier, bretón, por sus venas corre agua de mar, aventurero y explorador


Cielo nublado, lluvia pertinaz, húmedos muros, gaviotas reidoras, vientos salados, arena fina. . . Francia atlántica . . . recuerdos de una bahía, donde dí mis primeros pasos y siempre vendrá conmigo a donde quiera que vaya.


De Cádiz a Saint Malo . . . de ciudad pirata a ciudad corsaria


Me recuerda tanto a la Tacita de Plata


Filibustero de la palabra.

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