Entre puentes, canales y
plazuelas (denominadas campos) se levantan varias docenas de
iglesias, como Santa María dei Miracoli, una iglesia renacentista de
mármol (predominantemente blanco) que tiende a ser inmaculada. Una
otra maestra del Quatrocento, recubierta con mármoles de colores y
relieves, su forma compacta y proporcionada, y la luneta semicircular
de su fachada, le ha servido para ser comparada con un joyero. Piero
Lombardo y sus hijos la construyeron entre los años 1481 y 1489 para
conservar una pintura de la Virgen con supuestos poderes mágicos.
Este coqueto templo es el lugar elegido por muchas parejas venecianas
para celebrar su boda.
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