viernes, 6 de mayo de 2016

ALCAZABA DE BADAJOZ.



Enclavada en el cerro de la Muela, el lugar donde en 875 Ibn Marwan fundó el asentamiento de Batallyos, la alcazaba de Badajoz es uno de los recintos militares más amplios de España. 80.000 metros cuadrados jalonados de torres albarranas, almenas y puertas.



La puerta del capitel es una de las tres que perviven de época islámica. Era la principal vía de comunicación entre la medina y la fortaleza.


El adarve amurallado es lo mejor conservado del recinto. En su interior llegaron a existir tres mezquitas, convertidas después en iglesias, y varios palacios. Entre los restos también podemos destacar la primitiva catedral cristiana construida en el siglo XIII.


El cuartel de San Pedro, que funcionó como tal desde 1640, fue en origen un palacio bajomedieval que pertenecía a los Duques de Feria. Actualmente es la sede del Museo Arqueológico Provincial.



La fortificación que hoy podemos ver fue erigida por el rey almohade Abu Yaqub Yusuf sobre la cerca defensiva construída por el fundador Ibn Marwan. El objetivo de Yusuf era fortificar el cerro de la Muela, también conocido como Cabezo de Monturio, que controla el río Guadiana y vigila de cerca la frontera con Portugal.


La Torre de la Horca se denomina así por la creencia popular de que era utilizada para ejecutar las penas de muerte mediante el ahorcamiento.




La Torre de la Atalaya o Espantaperros, la más llamativa de las torres albarranas de la fortaleza pacense. Treinta metros de altura desde donde divisar decenas de kilómetros a la redonda. Planta octogonal, construida en argamasa y tapial.




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