lunes, 4 de abril de 2016

ESTEBAN II DE HUNGRÍA.



Por las venas del rey Esteban II corría sangre magiar y sangre normanda, pero recibir el legado de estas estirpes marciales no fue suficiente para convertirle en un gran guerrero. Esteban era el hijo del monarca húngaro Colomán I, llamado el Bibliófilo, y de su esposa Felicia de Sicilia (hija del normando Roger I de Sicilia), y recibió la Santa Corona tras la muerte de su progenitor.

El gobierno de Esteban II fue un cúmulo de sucesivas derrotas militares, pues fracasó en todas las campañas que inició en el exterior, frente a Bohemia, Ucrania, además de perder el control sobre Dalmacia. Únicamente fue capaz de contener a los venecianos. De puertas hacia dentro también tenía grandes problemas, causado por los señores que apoyaban a su tío Almos. Unos años antes, Colomán, en disputa por el trono con su hermano Almos ordenó cegarlo a él y a su hijo pequeño Bela. Como el reinado de Esteban II estuvo marcado por los continuos conflictos bélicos, el reino acabó padeciendo un fuerte retroceso económico.

Esteban nunca consiguió engrendrar hijos y en el lecho de muerte recordó a su primo Bela. Lo convocó a la corte, acordó su matrimonio con una princesa serbia que iba a ser determinante en su vida – Helena de Raskia – y le nombró sucesor y heredero. ¿Quiso Esteban reparar con este gesto todo el mal que su padre había infligo a Almos y a Bela?.


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