Familia della Scalla,
señores de Verona, orgullosos divos de la cultura y de la guerra,
blandían por igual la espada y la pluma, quisieron que sus tumbas
pudiesen ser vistas por todos los veroneses, todos lo días.
Si un artista neogótico
de nuestra postmodernidad hubiese imaginado una estampa, un escenario
ideal para una novela o película, se parecería a este Arco
Scagliero.
En la entrada de la
Iglesia de Santa María Antica en Verona se colocaron los sepulcros
góticos de tres destacados miembros de esta familia que rigió con
brazo fuerte los destinos de Verona durante la Edad Media: Cangrande
I, Mastino II y Cansignorio.
Sobre la puerta misma del
templo el sepulcro de Cangrande soportado por unos perros.
Candrande sigue velando
por Verona y sus habitantes.
Mastino II en uno de los
laterales.
Cansignorio della Scala
en el otro lateral. Obra de Bonino da Campione.
Para el historiador Duby
el Arche Scaligere es uno de los monumentos más destacados del arte
gótico.
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