miércoles, 16 de marzo de 2016

TUGRUL BEY



Todos los imperios tienen un fundador, un hombre fuerte que se convierte en creador y referente para todos sus sucesores; Roma tuvo a Octavio, China a Huang Ti y los selyúcidas a Tugrul bey, que propició la existencia de un poderoso estado en Oriente Próximo allá por el siglo XI del que se convirtió en primer sultán. Segundo gobernante de la dinastía selyúcida, Tugrul bey unificó a los clanes guerreros turcomanos, los lanzó sobre Iran, conquistó Persia y consiguió controlar las rutas que conducían a territorio abbasí. El astuto Tugrul se proclamó fiel cliente del Califa y le ofreció desinteresadamente su ayuda. En 1055 entró de forma pacífica en Bagdad, corazón del califato, y se erigió en abanderado de la lucha contra el más peligroso rival; el califato fatimí de Egipto. El califa no tuvo más remedio que nombrarlo sultán. Más tarde también avanzó sobre Anatolia, enfrentando al Imperio Bizantino. Vientos de cambio soplaban desde Asia Central.

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