sábado, 20 de febrero de 2016

CASTILLO DE OLIVENZA



Olivenza es una población fronteriza, que a lo largo de su dilatada existencia ha pasado de manos portuguesas a manos españolas en diversas ocasiones. Por su situación, y como no sería posible de otra manera, es una ciudad fortificada. De entre todos los elementos defensivos sobresale su castillo medieval.



Treinta y seis metros de torre y diecisiete rampas para acceder hasta la terraza.


Maqueta de la fortificación donde podemos observar cada pieza del conjunto: el castillo, la torre del homenaje, el alcázar y el más moderno recinto abaluartado.


El primero de los recintos amurallados lo construyó el rey Dionisio I, aprovechando una estructura templaria anterior. Tenía forma cuadrangular con una puerta a cada lado, defendida por cubos de mampostería y torre en las esquinas.


Esta es la piedra fundacional del castillo, fechada el 19 de septiembre de 1306. Debajo de la inscripción aparece una figura femenina que se ha interpretado como Santa Isabel, la esposa del rey Dionisio. También se puede apreciar un olivo, símbolo inequívoco de la villa.

La inscripción dice:
“LA PRIMERA PIEDRA
DE ESTE CASTILLO FUE
PUESTA EN EL DIA DE SAN MIGUEL
Y LA PUSO AQUÍ
PEDRO LORENZO DO REGO
EN TIEMPO DEL REY
DON DINIS
ERA DE MIL TRESCIENTOS
CUARENTA Y CUATRO.


En el siglo XIV el rey Alfonso IV de Portugal levantó el alcázar, una especie de ciudadela en el interior del recinto, precisamente en el ángulo más vulnerable del mismo. Más tarde Juan II acometió algunas obras de mejoras, levantando hasta los cielos la impresionante torre del homenaje.


El núcleo poblacional de Olivenza fue completamente rodeado por dos anillos de forma oval entre finales del siglo XIV y comienzos del XVI. En el siglo XVIII y con el desarrollo de la artillería se construyó un cuarto anillo de forma abaluartada.


La Torre del Homenaje te acerca al cielo de un atardecer sobre la llanura extremeña que se extiende hasta Portugal. Desde aquí podemos controlar los pastos donde pacen los rebaños (vacas, cerdos y ovejas), los densos olivares, las cañadas y los caminos.


En la actualidad el recinto del castillo es sede del Museo Etnográfico “González Santana”.


También es posible el contacto visual con atalayas vecinas y amigas.


La torre cuadrangular asemeja a un gigante de piedra que se eleva muy por encima del resto de murallas.


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