En el año 1094 el Cid
Campeador arrebataba Valencia a los musulmanes y establecía el
Señorío de Valencia. Pocos años después, ante la imposibilidad de
defenderla, los cristianos la abandonan, y de nuevo los ejércitos
musulmanes, en este caso los almorávides, volvían a entrar en la
ciudad. Habrá que esperar doscientos años para que la ciudad del
Turia volviese a manos cristianas. Jaime I, rey de Aragón, y
merecidamente conocido como el Conquistador, diseñó una serie de
campañas militares que le llevaron a conquistar la mayor parte de la
actual Comunidad Valenciana, incluyendo a su grandiosa capital. Un
mosaico compuesto de azulejos de la Plaza de España de Sevilla
recuerda el momento: el 9 de Octubre del año 1238, el rey
Jaime I, que había rendido la plaza con la ayuda de las órdenes
militares, hacía su entrada triunfal en Valencia acompañado de todo
su séquito, y en agredeciemiento a la buena fortuna en la campaña
celebró una misa en el mismo lugar que hoy ocupa la Catedral.
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