lunes, 29 de abril de 2013

CATEDRAL DE GÉNOVA



Flancos y puertas laterales románicas, iniciadas hacia 1100, y un precioso, y sencillo, portal gótico, erigido a comienzos del siglo XIII, conforman una fachada, en la que se alternan hileras horizontales de los típicos ladrillos ligures, blancos y negros, conforman la fachada de la Catedral genovesa. 

El papa Gelasio II fue el encargado de consagrar este espacio episcopal y litúrgico dedicado a San Lorenzo, martirizado en  Roma el año 258, en la capital, y principal ciudad de la Liguria italiana. 

En su interior se custodia el Sacro Catino, un plato de cristal verde, del que se cuenta, fue utilizado durante la Última Cena, y que durante un tiempo fue considerado Santo Grial. 


Uno de los leones que guarda la escalera de entrada al templo. 


Una de las entradas laterales.


Rematando la puerta principal aparecen representados los cuatro animales, que simbolizan a cada uno de los Evangelistas, el llamado Tetramorfos, rodeando la mandorla divina que contiene a Cristo en Majestad o Pantocrátor. Todos ellos iconos característicos del Arte Románico. 

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