lunes, 29 de abril de 2013

INICIOS DE LA DOMESTICACIÓN ANIMAL VII. EL ALTO NILO Y EL SAHARA ORIENTAL (última parte)



El reciente, y creciente interés por la zona, ha posibilitado reunir más elementos sobre los inicios de la domesticación animal. El cordero, la cabra, el perro y quizás el cerdo, procedían de los animales domesticados en el Sudoeste de Asia. 


Los habitantes del Sahara Oriental comienzan a domesticar al buey hace entre 9000 y 8000 años. La prueba son las osamentas que van sufriendo cambios como consecuencia de la domesticación. 



Una de las claves fue la mejoría climática acaecida entre hace 12000 y 5000 años. La vegetación del Sahel y de Sudán se extendió hacia el Norte. A pesar de esto, el buey salvaje no hubiera podido sobrevivir en el desierto, se tuvo que domesticar en algún lugar del Valle del Nilo. 

Es probable que la domesticación del buey se llevase a cabo a partir del uro, o tal vez del cebú, que lograron sobrevivir en el Valle del Nilo hasta el periodo predinástico. El perro doméstico aparece después del buey y los yacimientos del Neolítico Medio muestran osamentas de ovinos.


Las cinco especies, también el cerdo encontró un entorno relativamente favorable, están presentes en el Valle del Nilo, durante el Periodo Predinástico. No obstante, la actividad ganadera se centró en cabras y ovejas, mejor adaptadas a un medio cada vez más árido. A finales del VI milenio se añade una nueva especie, el asno. Los primeros animales fueron domesticados por su carne, los bovinos también por su leche. Los asnos lo fueron por su capacidad de trabajo y como bestias de carga, a partir del asno salvaje de Nubia. 

CATEDRAL DE GÉNOVA



Flancos y puertas laterales románicas, iniciadas hacia 1100, y un precioso, y sencillo, portal gótico, erigido a comienzos del siglo XIII, conforman una fachada, en la que se alternan hileras horizontales de los típicos ladrillos ligures, blancos y negros, conforman la fachada de la Catedral genovesa. 

El papa Gelasio II fue el encargado de consagrar este espacio episcopal y litúrgico dedicado a San Lorenzo, martirizado en  Roma el año 258, en la capital, y principal ciudad de la Liguria italiana. 

En su interior se custodia el Sacro Catino, un plato de cristal verde, del que se cuenta, fue utilizado durante la Última Cena, y que durante un tiempo fue considerado Santo Grial. 


Uno de los leones que guarda la escalera de entrada al templo. 


Una de las entradas laterales.


Rematando la puerta principal aparecen representados los cuatro animales, que simbolizan a cada uno de los Evangelistas, el llamado Tetramorfos, rodeando la mandorla divina que contiene a Cristo en Majestad o Pantocrátor. Todos ellos iconos característicos del Arte Románico. 

SOBRE IBERIA DE APIANO (XXVII)

52 Perfidia de Lúculo.
Al día siguiente, los más ancianos, coronados y portando ramas de olivo de suplicantes, volvieron a preguntar otra vez a Lúculo qué tendrían que hacer para ser amigos. Éste les exigió rehenes y cien talentos de plata y les ordenó que su caballería combatiera a su lado. Cuando todas sus demandas fueron satisfechas, decidió poner una guarnición en el interior de la ciudad. Los de Cauca aceptaron también esto y él introdujo a dos mil hombres cuidadosamente elegidos, a quienes dio la orden de que cuando estuviesen dentro ocuparan las murallas. Una vez que la orden estuvo cumplida, Lúculo hizo penetrar al resto del ejército y, a toque de trompeta, dio la señal de que mataran a todos los de Cauca que estuvieran en edad adulta. Estos últimos perecieron cruelmente invocando las garantías dadas, a los dioses protectores de los juramentos, y maldiciendo a los romanos por su falta de palabra. Sólo unos pocos de los veinte mil consiguieron escapar por unas puertas de la muralla de difícil acceso. Lúculo devastó la ciudad y cubrió de infamia el nombre de Roma. Los demás bárbaros corrieron juntos desde los campos hacia zonas escarpadas o ciudades más poderosas, llevándose todo cuanto podían y prendiendo fuego a lo que dejaban para que Lúculo no pudiera encontrar ya nada.

53 Asedio de Intercatia. 
Este último, después de haber recorrido una gran extensión de tierra desértica, llegó a la ciudad de Intercatia, en la que se habían reunido, en su huída, más de veinte mil soldados de infantería y dos mil jinetes. Lúculo, siguiendo un criterio estúpido, los invitó a firmar un tratado, pero ellos le echaron en cara su actitud vergonzosa en los sucesos de Cauca y le preguntaron si les invitaba con las mismas garantías que les dio a aquellos. Lúculo, al igual que todos los culpables, lleno de ira contra ellos por sus reproches en vez de contra sí mismo, asoló sus campos y estableciendo un asedio, cavó en torno a la ciudad muchas trincheras y, de continuo, ponía a sus tropas en orden de combate provocando a la lucha. Sus adversarios, en cambio, no respondían de igual modo y sólo combatían con proyectiles. Con frecuencia, un cierto bárbaro salía cabalgando a la zona que mediaba entre ambos contendientes, adornado con espléndida armadura, y retaba a un combate singular a aquel de los romanos que aceptara y, como nadie le hacía caso, burlándose de ellos y ejecutando una danza triunfal se retiraba. Después que hubo ocurrido esto en varias ocasiones, Escipión, que todavía era un hombre joven, se condolió en extremo y adelantándose aceptó el duelo y, gracias a su buena estrella, obtuvo el triunfo sobre un adversario de gran talla, pese a ser él de pequeña estatura. 

domingo, 28 de abril de 2013

CASTILLO DE GUIMARAES



Un sencillo castillo, formado básicamente por la Torre del Homenaje y un cerco de piedra, una muralla bien defendida por cuatro grandes torreones. 


Se trata de una de las siete maravillas de Portugal. 


Esta fortificación está íntimamente relacionada con Alfonso Henríquez, el primer rey de Portugal.


El Castillo de Guimaraes, del siglo X, fue erigido por la condesa Mumadona Dias, una vez que quedó viuda, para proteger el monasterio que también había fundado a los pies de la colina.


Panel informativo, donde se resume la historia del lugar.


Placa conmemorativa del octavo centenario. 



Un alto torreón de planta cuadrangular.


Un camino unía castillo y monasterio, la calle de Santa María, a su alrededor, a los pies de la colina y protegida por la fortaleza fue creciendo la ciudad de Guimaraes.


La estatua de Alfonso Henríquez con el castillo de marras al fondo. 



Una vuelta a la Edad Media, otro viaje al pasado medieval europeo. 

VESTINOS



Los vestinos eran uno de los grupos en que se dividían los montañeses samnitas - o tal vez tenían un origen sabino -  y habitaban a los pies del Gran Sasso, un macizo de los Apeninos situado en la sierra formada por los montes Abruzzos, y extendían su territorio hasta el mar Adriático. 


"[...] en su mayor parte alcanza los Apeninos, en la parte que habitan vestinos, pelignos y marsos"
Estrabón V, 1, 2, 

Plinio (III, 38) también   los sitúa junto a marrucinos y frentanos: " . . . los frentanos, los marrucinos, los vestinos . . . " 

Durante la Segunda Guerra Púnica, los vestinos, junto a otros pueblos vecinos, aportaron hombres al ejército de Roma. 

"[...] marsos, marrucinos, frentanos y vestinos dieron veinte mil soldados de infantería y cuatro mil jinetes". 
Polibio, II, 24, 12. 

MEROE Y PANTIA, BRUJERÍA Y LUJURIA


"Hécate" de William Blake. 
En la Antigüedad Clásica grecorromana, ya se tenía la imagen, atávica, de mujeres dedicadas a las artes mágicas, que usaban símbolos y fluidos corporales humanos, como la sangre y la orina, para dar forma a sus terribles rituales, en un escenario cargado de lascivia, lujuria, aberración y unas pizcas de sadismo.

Sin lugar a dudas, el concepto de la hechicera que se tenía en el Mundo Clásico, traspasó fronteras temporales e influyó de manera definitiva en la configuración de la bruja europea durante la Edad Media y los siglos modernos, anteriores a la Contemporaneidad. Sirva como ejemplo la siguiente aventura vivida por Lucio, protagonista de "el Asno de Oro" narrada magistralmente por Apuleyo.


"Al oír esas palabras, pobre de mí, me siento inundado de un sudor frío, me tiritan las entrañas de tal modo que hasta el camastro, agitado por mis sobresaltos, bailaba sobre mi espalda. La amable Pantia contestó: "Dime, pues, hermana, ¿empezamos por despedazar a éste a la manera de las bacantes, o lo atamos debidamente para mutilar su virilidad?

"Entonces Meroe - pues la misma realidad me hacía comprender que, dadas las referencias de Sócrates, ése  era su nombre - : "No - dijo - ; que sobreviva ése al menos para amontonar un poco de tierra sobre el cuerpo de este desgraciado"; e, inclinando la cabeza de Sócrates, le hundió por la izquierda del cuello su espada, hasta la empuñadura, y recogió cuidadosamente en un exiguo odre la sangre que brotaba, sin que la menor gotita salpicara el escenario. Esto lo he visto yo con mis propios ojos. Y, sin duda para que no faltara detalle al ritual del sacrificio, introduciendo la mano derecha por la herida aquella y rebuscando hasta el fondo de las entrañas, la dulce Meroe retiró el corazón de mi pobre compañero. Él, al cortarle el cuello el golpe de la espada, dejó escapar a través de la herida un grito, o mejor dicho, un vago silbido y expiró.

"Pantia, cubriendo con una esponja la enorme herida entreabierta, dijo: "Atención, esponja, ten cuidado: eres hija del mar, no pases por el río". Terminada esta operación y retirándose ya, dan un empujón a mi camastro, se ponen a caballo sobre mi cara y alivian su vejiga, inundándose de un líquido terriblemente inmundo". 
Apuleyo
El asno de oro I, 13



viernes, 26 de abril de 2013

JUNO SOSPITA



Juno era la deidad protectora de las mujeres, especialmente de las casadas y presidía los alumbramientos. Fuera de Roma Juno también fue muy venerada, destacando el culto de Juno Sospita en Lavinium, cuyo templo estaba rodeado por un bosque sagrado.  El emperador Antonino Pío fue un gran devoto de "Juno Sospita Mater Regina". 

De Lavinim, Juno Sospita fue conducida a Roma, y en la Ciudad Eterna se le erigió un templo. En el Museo Pio Clementino del Vaticano se exhibe una colosal estatua de Juno Sospita, con una piel de cabra cubriéndole la cabeza, armada con escudo y lanza y aplastando con su pie a una serpiente. 

INICIOS DE LA DOMESTICACIÓN ANIMAL VI. CHINA Y EL SUDESTE ASIÁTICO



Desconocemos muchos aspectos de los inicios de la domesticación y prácticas ganaderas en estas regiones del planeta. De las cinco  primeras especies domesticadas, el perro, el cerdo y el cordero vivían en estado salvaje en China, y el cerdo en el Sudeste de Asia. 

Mientras China mantenía contactos con Asia Occidental, el vínculo del sudeste con el subcontinente indio no fue muy fluido hasta los inicios de la Era Cristiana. 

En China las civilizaciones neolíticas más antiguas, Culturas de Cishan, de Peiligian y de Dadiwan, hace unos 8.000 años, ya se había domesticado el perro, el cerdo y la gallina. 

En civilizaciones neolíticas posteriores, Culturas de Yangshao y Longshan, aparecen junto al cerdo, perro y gallina, el buey, el cordero y la cabra. Por lo general el cerdo es el más importante, según se desprende del número de osamentas. Una hipótesis para explicar el gran número de suidos, es la posible domesticación del animal in situ, aunque es no está probado. También se han hallado abundantes restos de ovinos. 

En el Sudeste de Asia, los testimonios osteológicos son bastante escasos. Se piensa que el buey pudo ser domesticado hace 7.000 años, hecho confirmado hace 5.500, momento en que ya se había logrado la domesticación de cerdos y perros. 


Los rebaños en China y el Sudeste de Asia eran explotados por su carne. La importante biomasa que ofrecían los bosques, hacían superfluos los intentos de domesticación. Esto explica, quizás, el retraso con respecto a otras regiones estudiadas. 

jueves, 25 de abril de 2013

FIBONACCI



Leonardo Pisano, más conocido como Fibonacci, fallecido alrededor de 1245, reposa en el Cementerio Monumental de Pisa. Durante su estancia en países árabes aprendió matemáticas, y cuando regresó al "mundo cristiano" introdujo, a través de su obra Liber abacci (el libro al ábaco) dos elementos esenciales para nuestras matemáticas, el sistema numérico indoarábigo, los números fueron inventados en la India, y fueron transmitidos por los árabes, y la cifra cero.

miércoles, 24 de abril de 2013

INICIOS DE LA DOMESTICACIÓN ANIMAL V. LOS PRIMEROS ANIMALES DOMÉSTICOS DE EUROPA



La fauna domesticada que aparece al sur de los Balcanes a mediados del milenio IX BP. era similar a la que ya existía en Asia Occidental. Las ovejas y las cabras constituyen entre el 75-80% de los rebaños, seguidas de cerdos y bueyes (mucho más raro) y por último el perro.

En esta región, sur de los Balcanes, existía una importante orientación hacia el ganado ovino, siendo Grecia la primera región de Europa donde constatamos la práctica de este tipo de ganadería. 
Las condiciones naturales, tanto físicas como climáticas, son muy parecidas a las estudiadas para Asia Occidental. Un clima cálido y seco, como el de Grecia, posibilitó el desarrollo de este tipo de ganado que proporcionó a la población proteínas suficientes para no tener que sucumbir ni a la caza ni a la pesca. (En los yacimientos del Neolítico antiguo en Grecia se han encontrado muy pocos restos de animales salvajes y peces).

Este tipo de ganadería ovina pronto comenzó a extenderse hacia el Noreste y hacia el Oeste desde la segunda mitad, del IX milenio BP. La expansión estuvo favorecida por las óptimas condiciones climáticas, aumento de la temperatura en 3 ó 4 grados, lo que permitió introducir especies del sur en regiones meridionales de Europa Central (Macedonia, centro de la antigua Yugoslavia y Bulgaria).


El mismo tipo de ganado - ovino - hizo su aparición en la cuenca de los Cárpatos, antes de finalizar el VIII milenio, se adoptó en Moldavia y también alcanzó el sur de Ucrania a lo largo del VII milenio.

Es interesante aportar, que mientras en la región de los Balcanes prosperaron todas las especies domesticadas durante el Neolítico, los grupos mesolíticos que subsistían en regiones más difíciles e inaccesibles como el desfiladero de las Puertas de Hierro sobre el Danubio, vivían de la caza y la recolección a pesar de algunas incipientes tentativas de domesticar al perro y al cerdo.

Al oeste, la ganadería se extendió hacia el sur de Italia a lo largo del VII milenio, y un poco más tarde, hace 6000 años al sur de Francia. Desde el sur del país galo, se propagaría luego hacia el este de la península Ibérica.



Todas estas regiones marcan el límite septentrional del tipo de ganadería característica del Asia Occidental; ovejas, cabras, bueyes, perros y cerdos.

En regiones de Europa situadas más al norte los animales eran importados desde el sur. Esta importación ocurrió en tiempos tempranos, para el VI milenio se constata la presencia de las cinco especies en la Europa templada.

Al mismo tiempo se producen transformaciones en las prácticas ganaderas de Europa meridional, en las zonas más templadas. La ganadería ovina no terminó de adaptarse y no pudo alcanzar un desarrollo mayor; ni cabras ni corderos encontraron el medio propicio para su crianza. Problema; ninguna de las especies existe en estado salvaje en Europa, lo que impide un aumento de las cabañas de ovicápridos a partir de la fauna salvaje. Otro inconveniente es que la tasa de reproducción de los animales domesticados no alcanzaba para cubrir las necesidad de una población humana en expansión.

La solución pasaba por domesticar otras especies que se adapten mejor al entorno templado y que ya vivieran en estado salvaje en las regiones en cuestión. El buey y el cerdo responden a estos dos criterios, y pronto comenzaron a reemplazar a los ovinos, hacia finales del Neolítico Antiguo.

Se produce un esplendor generalizado en Europa tras la domesticación de estos animales. La cuenca de los Cárpatos se convierte en un auténtico foco de domesticación de bóvidos. Aumentó la cabaña bovina, y el buey se convirtió en el principal animal doméstico de toda la Europa templada.


Sin llegar a los niveles del buey, la domesticación del cerdo tuvo dimensiones considerables, con una importancia igual, o incluso mayor, que los ovinos. En los asentamientos de la Cultura de Cerámica a Bandas, y otras similares, predomina totalmente el buey, seguido unas veces por los cerdos, y otras por los corderos.

Hasta finales del Neolítico Antiguo, los animales domésticos se explotaban únicamente por su carne, si bien es cierto, existían excepciones esporádicas, como el sacrificio, la caza o la utilización de animales (perros) como guardianes de las viviendas y de los rebaños.

Más tarde se descubrió que también se podrían aprovechar recursos secundarios como la leche, la lana y aprovecharse de la tracción animal, para el transporte y la labor agrícola. Todo esto llevó a una segunda fase de domesticación, en la que el hombre buscó la manera (o maneras) de incrementar el tamaño de sus rebaños. Las culturas de Tisza, Herpály y Lengyel, de la Cuenca de los Cárpatos, son ejemplos de esta explosión de la domesticación.

Durante mucho tiempo el hombre consumía la carne de todos los animales domesticados, incluido el perro. Las pruebas de ello son cráneos abiertos para consumir los sesos y los huesos rotos para extraer el tuétano. El hombre no dejó de comer carne de perro hasta finales de la Edad del Bronce; estaríamos con toda probabilidad con el primer tabú alimenticio de la Historia de la Humanidad.


A lo largo del Neolítico, el buey fue el principal aporte de carne, incluso en regiones donde cabras y ovejas eran más numerosas. La carne bovina representa un 40% del total, incluso en regiones netamente ovinas. Debemos tener en cuenta que la carne de un sólo buey, equivale a la de siete ovejas o a la de cuatro o cinco cerdos.

Las cabras y ovejas suponían un importante aporte cárnico durante el Neolítico Antiguo. A partir del Neolítico Medio, el cerdo se convierte en el segundo proveedor de carne tras el buey. En este estadio del Neolítico Medio, se alcanzó la fase de desarrollo de la ganadería.


La caza y la domesticación fueron progresivamente perdiendo peso específico, se ampliaron los diferentes rebaños, aumentó la superficie de tierras cultivadas y como consecuencia del aumento de la población humana se fue destruyendo el hábitat natural de las especies salvajes. Se domesticaron de forma intencionada nuevas especies, como el asno y el caballo, por el trabajo que pueden aportar. En Mesopotamia, se producen los primeros intentos de selección metódica. 

VIRIATO

poema de Miguel Torga



Fue en un principio el Verbo y su avidez
Después
el Verbo hacia sí mismo se volvió
y descubrió
la doble carga que llevaba en él.

Misteriosos designios de la vida.
Todo empieza nebuloso y oculto.
Cada forma que nace es perseguida
por la sombra incorpórea de su bulto.

Simple pastor, ingenua criatura
que pinta de infinito su telar,
mi rebaño tenía la blancura
de la pura inocencia original.

Era en el vago azul en que vivía
emigrado dichoso de mi ausencia.
Ajeno al nido que me protegía,
realizaba la humana trascendencia.

Y en esto un lobo astuto y desmedido
le aúlla a mi destino en son de guerra
y yo oigo de pronto tu gemido
dentro de mí, transfigurado en tierra.

Viriato me pusieron como nombre.
En mí, Madre, tú tienes el comienzo.
Pues en la Iberia fui yo el primer hombre
que pretendió a la tierra en vez de al cielo.

Miguel Torga
"Poemas Ibéricos" 

SOBRE IBERIA DE APIANO (XXVI)

50 Marcelo firma un tratado de paz antes de la llegada de sus sucesor Lúculo. Fin de la guerra de los belos, titos y arevacos.
Lúculo se puso en camino, y Marcelo anunció públicamente la guerra a los celtíberos y les devolvió sus rehenes como lo habían pedido. Después llamó a su lado al portavoz de los celtíberos en Roma y estuvo conferenciando con él en privado durante largo rato. En razón de esto, se empezó precisamente a sospechar ya entonces, y después fue confirmado en mayor medida por los acontecimientos posteriores, que intentaba convencerles de que pusieran en sus manos su asuntos, buscando con ansiedad dar fin a la guerra antes de la llegada de Lúculo. Después de esta entrevista, cinco mil arevacos ocuparon Nergóbriga, y Marcelo se puso en marcha hacia Numancia y acampó a una distancia de cinco estadios de ésta. Persiguió a los numantinos acorralándolos en la ciudad y, finalmente, el jefe de éstos, Litennón, haciendo un alto, dijo a voces que quería reunirse con Marcelo para negociar. Cuando estuvieron reunidos, afirmó que los belos, titos y arevacos se ponían voluntariamente en manos de Marcelo. Éste, feliz por la noticia, exigió rehenes y dinero a todos ellos y, habiéndolos tomado, los dejó libres. De este modo, terminó la guerra de los belos, titos y arevacos antes de la llegada de Lúculo.

51 Lúculo hace una incursión contra los vacceos. 
Este último, que estaba deseoso de gloria y necesitado de dinero por causa de su penuria, realizó una incursión contra los vacceos, otra tribu celtíbera, que eran vecinos de los arevacos, sin haber recibido ninguna orden de Roma y sin que los vacceos hubieran hecho la guerra a los romanos, ni siquiera hubieran cometido falta alguna contra el mismo Lúculo. Después de cruzar el río Tajo, llegó a la ciudad de Cauca y acampó frente a ella. Sus habitantes le preguntaron con qué pretensión llegaba o por qué motivo buscaba la guerra, y cuando les contestó que venía en ayuda de los carpetanos, que habían sido maltratados por ellos, se retiraron de momento a la ciudad, pero le atacaron cuando estaba buscando madera y forraje. Mataron a muchos de sus hombres y a los demás los persiguieron hasta el campamento. Tuvo lugar también un combate en regla y los de Cauca, semejantes a tropas de infantería ligera, resultaron vencedores durante un cierto tiempo, hasta que se les agotaron los dardos. Entonces huyeron, pues no estaban acostumbrados a resistir a pie firme el combate y, acorralados delante de las puertas, perecieron alrededor de tres mil. 

martes, 23 de abril de 2013

REPÚBLICA DE PISA



Situada cerca de la desembocadura del río Arno, a finales del siglo XI, nació la República de Pisa. Tras las campañas navales contra los árabes durante el mismo siglo XI, la aguerrida flota pisana mantuvo su dominio sobre el Mediterráneo Occidental. El comercio con la Península Ibérica y el Norte de África se transformó en ingentes cantidades de riquezas, con las que se acometió la construcción de grandes edificios, como el Duomo, la Catedral y la famosa Torre Pendente. 



La decadencia de Pisa se inicia en 1284, tras la derrota en la batalla de Meloria ante la valiente armada genovesa. A partir de ese momento, la orgullosa ciudad de la Liguria pasó a dominar el Mediterráneo Occidental. En 1406 la ciudad cayó en manos de los florentinos, que se erigieron en absolutos Señores de la Toscana. 

GIUDITTA E OLOFERNE



Giuditta e Oloferne, (Judith y Holofernes) escultura en bronce (una copia, el original se custodia en el interior) de Donatello que remata una pequeña columna enfrente de la puerta del Palazzo Vecchio de Florencia. La heroína judía Judith cercena la cabeza del general Holfornes y simboliza la autonomía de la República de Florencia, y la victoria del pueblo sobre los tiranos. Judith representa al débil en su victoria sobre el fuerte, la libertad frente a la opresión, la causa justa opuesta a la arbitrariedad del poder autoritario.

COSME DE MÉDICI



Cósimo el Viejo (1389 - 1464), político y banquero, patriarca del poderoso linaje de los Médicis, ejerce con el título de Pater Patriae (Padre de la Patria), el control sobre los asuntos florentinos, y forma parte activa de la vida diaria de la ciudad. Su legado perdura hasta nuestra actualidad.

PRASNA BRANA



Prasna Brana, literalmente la Torre de la Pólvora, alzada en 1475, de estilo gótico bohemio, la única que queda en pie de las trece que tenía la muralla de la ciudad (que tampoco sigue en pie), a través de ella entramos en Stare Mesto o Ciudad Vieja de Praga.


FORTALEZA DEL SOL



Inexpugnable Fortaleza del Sol, en la ciudad de Lorca, edificada por el rey Alfonso X el Sabio, tras la conquista de la Ciudad, situada en la Sierra del Caño, un importante lugar estratégico, baluarte defensivo contra la peligrosa frontera del Reino de Granada.



Al arte de la fortificación se le opone el arte del asedio . . . almajeneque o lanzapiedras, capaz de lanzar enormes rocas de 500 kg para derribar los recios muros de las fortalezas . . .


La Torre del Espolón, de estilo gótico castellano defendía la zona occidental de la fortaleza, que era también la más vulnerable.


Torre del espolón vista desde el interior de la fortificación. 


En el corazón de la Fortaleza del Sol se eleva la Torre del Homenaje, que recibe el nombre de Torre Alfonsina, en homenaje al rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, conquistador de la ciudad. La Torra en cuestión, además de su función defensiva, representaba el poder regio, materializa el dominio castellano cristiano sobre el Reino de Murcia.


Torre del Homenaje, centro neurálgico de cualquier fortaleza medieval.


Centinela y vigía que escudriña las tierras que mueren en el horizonte celeste.

NUMANCIA

sintiendo la tierra en los pies y el viento en la piel 


Visitar Numancia es cumplir un lejano sueño de la infancia, pisar el emplazamiento original de la heroica ciudad de los arévacos, los más valientes de los celtíberos, que resistió con tenacidad el largo y duro asedio a la que la sometió Escipión. 


En el corazón de Celtiberia se alza Numancia,  símbolo eterno de la defensa a ultranza. 


El paisaje es inmenso, rodeado de pequeños cerros, el viento nos azota, el invierno es gélido, el verano muy seco, los rudos legionarios también tuvieron que pasar penalidades, causadas por un clima muy riguroso, y unos enemigo bravos y fuertes. Pero la tenacidad de Escipión, la compleja organización del ejército romano y el excelente trabajo de los ingenieros construyendo un cerco, que se convirtió en una trampa mortal, borraron de la faz de la tierra la modesta, mas orgullosa, ciudad celtibérica, que desde ese día, escribió con letras de oro y sangre, su nombre en la leyenda . . . sus ecos aún perviven . . . 


. . . el viento trae gritos desesperados de hombres que matan a sus mujeres e hijos, antes que verlos como esclavos romanos, y el crepitar de las hogueras donde desesperados lanzan los guerreros sus cuerpos, antes que rendirse y vivir como esclavos romanos. . . 

El paraje es desolador, los días aquí tuvieron que ser horribles, sed, calor, insectos, frío, lluvia, viento, enemigos hostiles, trabajo, lucha, hambre, órdenes, riñas, miedo, soledad . . . ¿Cómo debía sentirse uno de esos centinelas que hacían guardia durante la noche? ¿o esa avanzadilla que intentaba salir de Numancia para chocar de bruces contra la eficaz ratonera que había tejido Escipión?


Ante los ciclópeos muros de Numancia, los más recios e inexpugnables de toda la Celtiberia, el ejército romano se estrelló, una y otra vez, durante más de veinte años.


Imponentes, e invulnerables parecían las murallas de Numancia a sus vecinos celtibéricos, no así a Escipión, que decidió acabar con la ciudad arévaca. Angustiados, escondidos, parapetados, desesperanzados, observan desde el interior de Numancia el cerco romano, convencidos que nunca más volverán a ser libres. . . al menos en esta vida . . . muchos eligieron la libertad de la vida ultraterrena . . . 


Cada día el ejército invasor aumenta en número, las noches son más ásperas y frías y el silencio es preludio seguro de muerte violenta. Nací celtíbero, por mis venas corre noble sangre arévaca, lucharé contra el enemigo, y mandaré a los Infiernos a todo el que se acerque a esta muralla, pelearé hasta mi propio exterminio, resistiré hasta el fin y cuando todo esté perdido atravesaré mi corazón con la espada y me arrojaré al fuego.


Sobre esta tierra que piso ahora se ha vertido sangre, sudor y muchas lágrimas, además quedaron sepultados sueños y anhelos de libertad, de seguir llevando una forma de vida, que acabó muriendo aquí. 


Numancia, símbolo vital y eterno de la resistencia absoluta y de la lucha hasta el final, y en definitiva, ¿qué es la vida sino una lucha continua con la certeza segura de resultar vencido? 

Sitio arqueológico de Numancia. 
Verano de 2011 y 2012