miércoles, 6 de marzo de 2013

PIGMALIÓN

el creador enamorado de su criatura


Pigmalión fue un bondadoso rey de la Isla de Chipre, cuya mayor afición y deleite era la escultura, cincelar la piedra, dar forma al mármol, dotar de vitalidad lo inerte. Sus familiares y amigos le instaban a buscar el amor en alguna joven, de las de carne y hueso, mas Pigmalión, vivía entregado a su pasión, pasando largas horas trabajando en su taller, sorprendiéndole en más de una ocasión, el amanecer esculpiendo.


Un día comenzó su más perfecta creación, la más hermosa mujer de todas las posibles, labrada en el frío mármol, entregado noche y día a su labor, hasta que por fin la hubo acabado; bellísima criatura a la que puso por nombre Galatea. 


Y tan perfecta resultó, que Pigmalión sucumbió a su propio genio creador, terminó enamorado de ella, sin poder apartar su mirada de ella, sin posibilidad de sacarla de sus ensimismados pensamientos. 


"Entre tanto, níveo, con arte felizmente milagroso, esculpió un marfil, y una forma le dio con la que ninguna mujer 
nacer puede, y de su obra concibió él amor. De una virgen verdadera es su faz, a la que vivir creerías,  y si no lo impidiera el respeto, que quería moverse: 
el arte hasta tal punto escondido queda en el arte suyo. Admira y apura 
en su pecho Pigmalión del simulado cuerpo unos fuegos. Muchas veces las manos a su obra allega, tanteando ellas si sea cuerpo o aquello marfil, y todavía que marfil es no confiesa.  
Los labios le besa, y que se le devuelve cree y le habla y la sostiene y está persuadido de que sus dedos se asientan en esos miembros por ellos tocados, y tiene miedo de que, oprimidos, no le venga lividez a sus miembros [...]"
Ovidio. Metamorfósis. X  245-260


La piedra consiguió lo que la carne no pudo, las sonrosadas mejillas de las jóvenes chipriotas pasaban inadvertidas a ojos de su rey, los suaves susurros de mujeres enamoradas resultaban sordos para sus oídos, las rosadas aureolas fueron vencidas por el turgente mármol .


La bella Afrodita, conocida posteriormente también como Venus, conmovida por tanta devoción, compadecida del sufrimiento del desdichado Pigmalión, ordenó al rey, besar a Galatea.

Apenas hubo apartado su cálida boca, de los gélidos labios de ella, un soplo divino recorrió la escultura, Galatea dejó de ser estatua, cobró vida y se transformó en mujer. De esta manera Pigmalión encontró a su reina, y a la madre de su hijo Pafo.



"Cuando volvió, los remedos busca él de su niña  y echándose en su diván le besó los labios: que estaba templada le pareció; le allega la boca de nuevo, con sus manos también los pechos le toca. 
Tocado se ablanda el marfil y depuesto su rigor en él se asientan sus dedos y cede, como la del Himeto al sol, se reblandece la cera y manejada con el pulgar se torna  en muchas figuras y por su propio uso se hace usable. Mientras está suspendido y en duda se alegra y engañarse teme, de nuevo su amante y de nuevo con la mano, sus votos vuelve a tocar; un cuerpo era: laten tentadas con el pulgar las venas. 
Entonces en verdad el Pafio, plenísimas, concibió el héroe palabras con las que a Venus diera las gracias, y sobre esa boca 

finalmente no falsa su boca puso y, por él dados, esos besos la virgen sintió y enrojeció y su tímida luz hacia las luces levantando, a la vez, con el cielo, vio a su amante. A la boda, que ella había hecho, asiste la diosa, y ya cerrados  los cuernos lunares en su pleno círculo nueve veces, ella a Pafos dio a luz, de la cual tiene la isla el nombre."
Ovidio. Metamorfosis X 280 -295


La historia de Pigmalión ha servido de inspiración para obras de arte, novelas, y por supuesto, para el cine, como la celebrada My Fair Lady, con la guapísima Audrie Hepburn, o la más reciente La piel que habito, del manchego Pedro Almodóvar. 



Los mitos griegos son atemporales, se encuentran en la base del comportamiento humano, de todo lugar y momento; pues muchas veces ocurre que el maestro termina enamorado de su alumna predilecta y el creador de su criatura. 



2 comentarios:

  1. ¡HOLA! soy nuevo por aquí y he quedado gratamente sorprendido por la calidad de los temas que se presentan.

    El mito de Pigmalión y Galatea es una bella metáfora de una doncella inexperta guiada por un tutor quien termina enamorándose de ella.

    George Bernard Shaw es quizás quien mejor plasmó el mensaje en su obra teatral "Pygmalion", adaptada posteriormente en el celuloide en varias versiones.

    ¡Felicitaciones una vez más por este fabuloso blogspot!

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  2. . . . gracias por tus palabras, espero que no aumenten en exceso mi vanidad y ego . . .

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