viernes, 7 de marzo de 2025

VIRGEN CON EL NIÑO Y CUATRO SANTOS.




Decía Vasari, autor de una extensa obra sobre artistas italianos, que Domenico Veneziano fue el introductor en la Toscana, de la pintura al óleo. Aunque nació en Venecia se vincula con la escuela florentina. Inició una corriente de interés por el color, como elemento sustitutivo de la línea en la perspectiva y la composición. En el cuado muestra a la Virgen y al Niño entronizados en una logia porticada, flanqueados por San Francisco de Asís, san Juan Bautista, san Nicolás y santa Lucía. Domenico traza un escenario arquitectónico con impecable perspectiva, y dispone a los cuatro santos en perfecta simetría.

jueves, 6 de marzo de 2025

LOS MUERTOS HABLAN

 



(un atardecer en Portomarín)

Esta tarde los muertos hablan
sus voces silentes las arrastra un gélido viento
hablan, susurran al oído
pero los vivos no quieren escuchar . . . 

... la vida es lo único que tenéis
aprovechadla, disfrutadla, vividla,
conoceos a vosotros mismos,
quereos a vosotros mismos,
no os traicioneis,
luchad día a día por lo que quereis,
porque llega un momento en que todo acaba,
y tan solo sombras de un pasado sereis,
no permaneceréis . . . 

. . . vuestra carne se pudrirá,
vuestro recuerdo se olvidará
vuestras huellas se borrarán
así que, pobres infelices,
humanos, demasiado humanos,
temerosos de la vida. . . 

!VIVID PLENAMENTE¡

miércoles, 5 de marzo de 2025

CENTRO GEOGRÁFICO DEL CAMINO.




Antes de llegar a Sahagún, muy cerca de la ermita de la Virgen del Puente, cruzamos el centro geográfico del Camino Francés. Contando pasos y kilómetros, desde Roncesvalles.





A pocos metros de la Virgen del Puente, y desde el año 2013, un bonito monumento marca un hito significativo, el centro geográfico del Camino Francés. El rey Alfonso VI y el abad Bernardo de Segirac flanquean a los peregrinos en su caminar cuando enfilan Sahagún.




lunes, 3 de marzo de 2025

CICLO CIDIANO EN EL PUENTE SAN PABLO EN BURGOS.

 


Ocho esculturas, de otros tantos personajes (más o menos históricos) relacionados con el Cid están colocadas en el Puente de San Pablo de la capital burgalesa sirviendo de cortejo a la estatua ecuestre del Campeador. El puente conecta la plaza de Mío Cid con la plaza del Conde Castro. Las obras fueron realizadas entre 1953 y 1055 por el artista Joaquín Lucarini. Los personajes en cuestión son:




Doña Jimena, amante esposa de Rodrigo Díaz de Vivar, y soberana del Principado de Valencia entre 1099 y 1102.



Diego Rodríguez, único hijo varón del Cid, muerto en la batalla de Consuegra combatiendo a los almorávides.



San Sisebuto fue abad del monasterio de San Pedro de Cardeña lugar donde el Cid dejó a su esposa y sus hijas cuando marchó al destierro. Curiosamente San Sisebuto no aparece en el cantar de Mio Cid (al menos no con su nombre).



Jerónimo de Perigord fue un clérigo, que según el cantar, acompañó al Cid durante sus campañas y como recompensa recibió el obispado de Valencia cuando fue conquistada por el paladín de Vivar.



Martín Antolínez, el burgalés más cumplido, astuto compañero de aventuras del Campeador.



Álvar Fañez, conocido históricamente como Minaya, sobrino de Rodrigo y uno de sus hombres de confianza.



Martín Muñoz, acompañó al Cid en el destierro y en algunas batallas. Más tarde se convirtió en conde de Coimbra.



Ben Galbón, amigo de Rodrigo el Campeador y alcaide de Molina de Aragón.




NEJDEK. CONTRASTES.



A media tarde, bajo una intensa lluvia estival, llegamos a Nejdek, a los pies de los Montes Metálicos, una pequeña población checa situada muy cerquita de la ciudad balneario de Karlovy Vary. El viento susurra los cuentos de los bosques de Bohemia. Las aguas de cualquier río o arroyo reproducen, al unísono, las voces del Vltava.



Nuestra casita en Nejdek. En esta pequeña población comenzamos nuestra incursión por tierras de Bohemia. Al encuentro de sus famosos bosques.



Cerné silné pivo Pekelnik. En el país de la cerveza, Belcebú me ofreció una elaborada por sus acólitos en el infierno. Una cerveza negra de 13º para que oyera mejor los susurros del Vltava.




Nejdek, en alemán Neudek, con unos 8.000 habitantes, se localiza en el macizo de los Montes Metálicos, encajonado en el valle del Rolava. El Rolava es un afluente del Ohre, que a su vez vierte sus aguas en el Elba. Cerca de la frontera con Alemania y del triángulo de oro de los balnearios formado por la citada Karlovy Vary, Mariánské Lazne y Frantiskovy Lazne.



Nejdek hace su aparición en la historia a mediados del siglo XIV. La primera mención documental data de 1340. La historia de la ciudad está vinculada con la actividad minera. En la cercana aldea de Tisova aún quedan vestigios de los trabajos de extracción.



La ciudad y el campo acaban fundiendo en las calles de Nejdek. Justo detrás de casa, al otro lado del Rolava comenzamos el ascenso al Tisovsky Vrch, un monte que se eleva sobre la ciudad.





Los primeros tramos coinciden con la subida al calvario, las doce estaciones del Vía Crucis. Tardamos poco más de una hora en alcanzar la cumbre. Unos cinco kilómetros de subida y un desnivel de 436 metros.







Algún vecino de la zona ha dejado un par de jarras colgadas de un árbol ,para que los caminantes puedan beber con gran comodidad, de una fuente natural.






Montaña y bosque. La cumbre ,Tisovsky Vrch (997 metros), está coronada por una vieja torre de vigilancia, construida en piedra a finales del siglo XIX, por los mineros que trabajaban en la zona.




Nos situamos en Tisova, un asentamiento de cierta importancia, cuyos habitantes explotaban los yacimientos de estaño. El nombre del pueblo probablemente se refiera a los bosques de tejo, que alguna vez crecieron por aquí. Actualmente Tisova es un bucólico espacio residencial, de bonitas casas con porche y jardín.



La iglesia consagrada a San Martín de Tours, de suaves tonos pastel y formas barrocas, es un templo situado en uno de los lugares más destacados de Nejdek.






Ildefonso, Mikulas, Metodio y Vojtech.




Toda ciudad medieval que se precie de serlo debe disponer de un castillo. O al menos las ruinas de uno.



Sobre la roca el torreón. La conocida como Torre Negra es lo único que queda en pie del castillo del siglo XIV. Ruinas que no dejan de tener su encanto.



Una de las grandes personalidades nacidas en Nejdek fue Ignac Sichelbarth. Misionero jesuita y pintor checo que llegó a China en el siglo VXIII y alcanzó el estatus de mandarín. Contribuyó a popularizar la pintura europea en el país asiático.



No es una ciudad turística, ni especialmente bonita, pero durante cinco días nos hemos sentido unos vecinos más de Nejdek. Aunque no tengamos ni idea de hablar checo. Las compras en el súper, los cafés de la máquina o las cervezas en el Hotel Restaurante Anna.





Las subidas a la montaña, las tardes frescas en casa y las carreras matutinas a orillas del Rolava. Nuestra casa de alquiler ha sido un auténtico hogar para todos nosotros.



Chicas menos jóvenes que maduras fuman durante el descanso del trabajo. Tonos grises. Parece mi barrio, donde quedan muchas víctimas de las drogas, el alcohol y el desempleo. Víctimas del siglo XX que han sobrevivido en lo que llevamos de XXI convertidos en zombies.


Poco ruido, ambiente tranquilo, pero cierra sensación de tristeza generalizada. Eso en el centro de la ciudad. Otro mundo son las casas de campo que se distribuyen montaña arriba.


La zona del valle, donde se amontonan fabricas y empresas, que no se si siguen funcionando, parece deprimida. Sin embargo, las aldeas dedicadas al sector primario, aparecen llenas de color y de alegría.



Siempre con una sonrisa dibujada en la cara.



La impresión es una ciudad deprimida económicamente, con muchas personas con problemas físicos, mentales y probablemente de exclusión social. Rostros serios, miradas ajenas. Nadie sonríe. No sé si es parte de la esencia eslava en general, o de Nejdek en particular. Gente educada y correcta, eso sí. Pero fumadora hasta el hartazgo. No quiero tirar de tópicos, ni de lecturas añejas. Trato de ser objetivo. Mi estancia aquí ha sido cómoda, agradable y muy satisfactoria. Y si pudiera, volvería encantado a Nejdek. Hay al menos un hotel con muy buena pinta. Y dos restaurantes, al menos, que merecen tal nombre. Algunos restaurantes orientales y una pizzeria kebab. Varias tiendas regentadas por orientales, como en todas partes, y un supermercado en el que no falta de nada. Apenas queda gente joven, salvo cinco chavales que pasean al caer la tarde y suelen ser un poco molestos. Cosas de la edad. A los pies de los Montes Metálicos, en los Sudetes, este pueblo ha tenido que sufrir mucho en los últimos cien años. Un invierno aquí tiene que ser oscuro, largo, frío y muy duro.



Las aguas del Rolava aun tienen mil historias que contar.